Tres cifras marcan los resultados de la Caja Rural de Castilla-La Mancha en 2016, anunciados públicamente por la entidad: la caída de su activo en un 3,4 por ciento, y el estancamiento tanto de su resultado bruto como de su beneficio neto. El resultado bruto creció por debajo de la inflación, un 0,86 por ciento.
A falta de que haga públicos los balances oficiales y según el anuncio hecho a algunos medios de comunicación los resultados brutos de Caja Rural de Castilla-La Mancha en 2016 fueron de 25,4 millones de euros. En 2015 los balances presentan un resultado de explotación de 35,97 millones de euros, que se tradujo en un resultado antes de impuestos de 31,08 millones de euros.
El resultado bruto anunciado por la entidad creció un 0,86 por ciento, por debajo de la inflación
Los beneficios netos, tras impuestos y las dotaciones obligatorias a obras y fondos sociales en 2016 se quedaron en 21,9 millones de euros, frente a los 21,624 de 2015. El crecimiento positivo de la cuenta de pérdidas y ganancias fue de 376.000 euros, lo que representa un incremento del 1,74 por ciento respecto a los datos auditados en 2015
La entidad, por su parte, señala en la nota informativa de su página web que el porcentaje de crecimiento bruto ha sido del 0,86 por ciento y el del neto ha sido del 2,32 por ciento después de un “proceso de homogeneización de las cuentas de resultados de 2015 y 2016”.
El activo cayó un 3,4 por ciento respecto al año anterior.
A falta de que haga públicos los balances auditados y según los datos de la nota oficial, Caja Rural habría reducido su activo durante 2016 en 249,69 millones de euros, al pasar de 7.351,69 millones de euros en 2015 a 7.102 millones en 2016. Eso supone una depreciación del valor de la entidad, de sus bienes y derechos, del 3,4 por ciento. En la información oficial, Caja Rural señala que: “el Total Activo de la entidad muestra un saldo de 7.102 millones de € al finalizar el ejercicio, consolidándose la institución como la tercera caja rural a nivel nacional y la primera regional a mucha distancia de sus competidores”.
Los directivos de la entidad no han especificado qué cuentas del activo se han resentido durante el año. En 2015, las más significativas eran las de valores representativos de deuda que ascendían a 2.251 millones de euros y las de inversiones crediticias, con 4.235 millones (1.348 millones de depósitos en entidades y 2.287 de crédito a la clientela). En la nota oficial se informa de que “al cierre del ejercicio la inversión crediticia bruta ascendía a 3.189 millones de euros”.
A falta de conocer los epígrafes intermedios oficiales del balance que permitan el análisis comparativo en profundidad, la entidad anticipó que, al cierre de 2016, su liquidez ascendía a 1.369 millones de euros. En el caso de la banca, la liquidez viene determinada por el grado en que los elementos de su balance pueden ser transformados en dinero líquido. A finales de 2015, Caja Rural mantenía depósitos en entidades de crédito por valor de 1.347,85 millones de euros, de ellos 970,63 a la vista. Además, tenía activos financieros disponibles para la venta valorados en 2.291,23 millones de euros.
Por otro lado, la entidad financiera ha revelado que durante 2016 incorporó 33.525 clientes nuevos, “creciendo una media de 92 clientes cada día”. Estos clientes permitieron que durante “2016 los recursos gestionados de clientes” se incrementaran hasta los 5.006 millones de euros. Los balances auditados de 2015 reflejan en el pasivo unos depósitos de la clientela de 4.979,6 millones de euros. Falta por determinar la segmentación de estos recursos manejados en 2016 en depósitos a la vista o a plazos y participaciones emitidas.
La sociedad aumentó sus recursos propios en 51,5 millones de euros respecto a 2015, elevándolos a 413 millones
Caja Rural tenía unos recursos propios a finales del ejercicio pasado de 413 millones de euros, lo que suponen 51,5 millones más que al cierre de 2015.
Caja Rural llevó a cabo un proceso de aportaciones de los socios entre el 1 de diciembre de 2016 y el 31 de enero de 2017, en el que se suscribieron aportaciones a capital social por un importe de 37,26 millones de euros. En 2015 el capital de la entidad era de 50,92 millones de euros. La cooperativa de crédito señala que “durante los próximos ejercicios la entidad continuará llevando a cabo una potente política de reforzamiento de los recursos propios con el objeto de afianzar su blindaje ante cualquier evento adverso, con origen regulatorio o en la propia actividad financiera, que pudiese impactar en su consolidado modelo de negocio”.
Según la entidad “el ratio de capital total que se desprende de la cifra de recursos propios fue del 16,92% y el de CET1, o de máxima calidad, del 15,95%”. Estos datos mejoran los indicadores de solvencia de 2015.
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