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Los sectores críticos del PSOE buscan el entendimiento con Ciudadanos
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Los sectores críticos del PSOE buscan el entendimiento con Ciudadanos

jueves 03 de enero de 2019, 22:18h
La política se tensa. Y las mayorías para formar gobierno se complican. Las absolutas pasaron a mejor vida y las formaciones de gobierno, a nivel nacional, pasan ahora por más de dos partidos. Ya hay quien, a falta de 85 días para que se inicie el proceso electoral autonómico y municipal que concluirá el 26 de mayo, tiene la vista puesta en el 27 de mayo y empieza a tejer las alianzas futuras. Cuidan más a los adversarios que a los propios. Hay encuentros a mesa y mantel para tratar de establecer pactos a futuro. Eso es en el PSOE. Ciudadanos tiene que despejar la incógnita y abrir el proceso de primarias. Vox anda a la caza y captura del mirlo blanco y ya ha echado el lazo. El PP ha iniciado una carrera frenética de pueblo en pueblo y de sector en sector. Podemos sigue en su cainismo esencial y existencial.
Se ha vuelto a la política de charlas de sobremesa y velada entre dirigentes rivales. Hubo una muy sonada en la que, con un expresidente como anfitrión, coincidieron García-Page y Pablo Iglesias. Fue hace cuatro años. Aquel encuentro facilitó a la corta la investidura de García-Page y, a la larga, el impulso a la estructura de Podemos y su entrada en el gobierno de Castilla-La Mancha.

En los últimos meses ha habido otras, en las que el invitado era Albert Rivera. En el PSOE de Castilla-La Mancha, ya lo señalamos desde estas mismas páginas hace meses, se está tratando de establecer un acercamiento a la formación naranja. Incluso se trata de influir en la selección del candidato regional poniendo nombres sobre la mesa para garantizar el diálogo el día después.

El movimiento no sólo se hace en clave regional. Se busca un entendimiento a futuro. Un entendimiento en el que la incógnita a despejar de la ecuación es Pedro Sánchez. Consideran que el presidente ha llevado al PSOE donde muchos dirigentes del PSOE no querían que llegara.

Los barones argumentaron en su día que habían descabalgado a Pedro Sánchez de la secretaría general porque pretendía llegar a La Moncloa pactando con las fuerzas independentistas. Eso era en octubre de 2016. En mayo de 2017 Pedro Sánchez gana las primarias en todas las federaciones regionales y regresa a la secretaría general del PSOE. Un año después, de la noche a la mañana, presenta una moción de censura que termina por llevarle a La Moncloa con el apoyo de la extrema izquierda, los independentistas catalanes, los nacionalistas vascos y Bildu, el partido nacido al amparo de ETA. Justo lo que los barones trataron de impedir en 2016. El poder y desbancar a la derecha hilvanó las costuras. Pero la deriva personalista de Sánchez y su política con y hacia los independentistas han terminado por soliviantar a muchos barones y reafirmarlos en sus posiciones originales, las expresadas en 2016. Y hacerlo con más interés, porque ahora son ellos los que pueden pagar los platos rotos de la actuación de Sánchez, como entienden que ha ocurrido en Andalucía.

Desde esa perspectiva, se busca cambiar el clima con Ciudadanos para después de las elecciones generales. La idea se ha reforzado tras el giro electoral que anuncia una mayoría de los partidos más a la derecha del PSOE y la pérdida de fuerza de Podemos. Pasa porque se pudiera dar un gobierno de coalición entre PSOE y Ciudadanos, sin Pedro Sánchez. Y ya hay quien trabaja para estar ese día en la línea de salida.

Desde Ciudadanos, las negociaciones en Andalucía y su deseo de que no se le asocie a Vox, ha impulsado esta línea de diálogo con los sectores críticos del PSOE

Es una situación que no desagrada a los sectores económicos que ven que a la desaceleración de la actividad económica se le une la inestabilidad política, generando un cóctel muy peligroso para el futuro, abonado además para las mensajes populistas. Esos sectores tampoco ven mal que la estabilidad llegue por un tripartito a la derecha del PSOE. Quieren estabilidad, porque sin ella la economía sufre.

En la economía, existe malestar por la ruptura del diálogo social, por las improvisaciones, por la inestabilidad de las posturas del propio gobierno, que hoy dice una cosa y al día siguiente la contraria en función del impacto en la opinión pública. En el PSOE, ese malestar además de por la política catalana, es por no haber abordado la financiación de las Comunidades Autónomas, que son las responsables del mayor gasto social, dejando a su suerte a los barones, y porque, a pesar de haber anunciado más dinero para educación, sanidad y dependencia, hasta la fecha el mayor programa de gasto que ha anunciado el gobierno es el de inversiones en armamento, el mismo que Sánchez y el PSOE habían criticado al presidente Rajoy y a su entonces ministra de Defensa, Cospedal.

De vuelta a Castilla-La Mancha, en las próximas semanas el foco político va a estar en el proceso de primarias de Ciudadanos y en los movimientos de Vox para designar candidato a la Junta de Comunidades e incluso para algunas capitales, especialmente Toledo. Los de Santiago Abascal ya se han movido. En el caso de la formación naranja, la apuesta inicial es por su portavoz regional, Orlena de Miguel, aunque hay quien sigue empeñado en enredar con la vista puesta en el día después.
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