En este sentido, la encuesta de enero refleja una persistente debilidad de la demanda subyacente, con fuertes caídas de los volúmenes de las carteras de pedidos de los fabricantes españoles por octavo mes consecutivo, incluyendo retrocesos en los nuevos pedidos de exportación.
No obstante, los ritmos de declive se ralentizaron notablemente en ambos casos en el arranque de 2023.
En consecuencia, los niveles de stocks de materias primas y de productos terminados se revisaron a la baja, mientras que hubo nueva evidencia de exceso de capacidad en el sector, señalada por la octava reducción mensual consecutiva de las cargas de trabajo en enero.
De su lado, la fuerza laboral en el sector manufacturero español se mantuvo estable por segundo mes consecutivo y, aunque algunas empresas registraron una disminución del empleo, la vincularon a bajas voluntarias, mientras que otras comentaron que aumentaron los niveles de personal de cara al futuro.
En cuanto a los precios, las tasas de inflación de los precios de compra y de los precios de venta continuaron sus trayectorias actuales y se redujeron hasta sus mínimas de 27 y 24 meses respectivamente.
"Mientras que algunas empresas mencionaron que siguieron aumentando sus precios para reflejar el incremento de la carga de los costes, la reciente caída de los nuevos pedidos llevó a otras empresas a fijar precios más competitivos", explicaron los responsables de la encuesta.
Asimismo, la confianza en el sector manufacturero español se fortaleció aún más en enero, cuando el grado de optimismo fue el más fuerte desde junio de 2022.
"Estas mejoras indican que las empresas manufactureras españolas tal vez hayan experimentado el punto más bajo de la desaceleración actual", indicó Denman, subrayando que las empresas del sector parecen compartir esta perspectiva, ya que expresaron el grado más fuerte de confianza en siete meses.