Como digo, desde hace años, nuestros y nuestras docentes se han esmerado en vivificar los modelos femeninos para ámbitos generalmente desempeñados por varones o, en la mayoría de las veces, así se nos mostraba en el imaginario social. Hoy ya se nota ese esfuerzo que profesorado, familias y medios de comunicación infundieron. Cada año debemos mantener y mejorar ese impulso, pues con mirar atrás en la historia sabemos que abandonar una empresa como esta aunque sea por un breve espacio de tiempo, puede costar reflotarla más de lo que nos creemos. Todas y todos podemos poner de nuestra parte para visibilizar la situación mostrando ejemplos; para exigir paridad, desautorizando actitudes contrarias a la igualdad; concienciando no solo a los hombres, sino también a las mujeres de que sus carreras científicas son valiosas y necesarias; promoviendo medidas, tanto políticas, como sociales y difundirlas; o crear y otorgar la palabra a los observatorios con el fin de que nos esclarezcan la situación de cada momento y en cada lugar.
Los caminos, como vemos, son muchos y todos llegan al mismo lugar. Ya no es cuestión de feminismo, de justicia o de igualdad, es cuestión de que la sociedad no puede prescindir de efectivos tan inestimables como son las científicas. En Castilla-La Mancha ya comenzamos hace tiempo a trabajar en ello y podemos decir que a día de hoy triplicamos la media española en proyectos liderados por científicas.
Hoy, 11 de febrero, es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, pero no solo hoy debemos reivindicar su presencia, sino que debemos insistir a diario, pues la ciencia no nos abandona un día y regresa al siguiente, la ciencia está presente en cada momento porque el Universo, la Tierra y la vida son ciencia.