La certificación de las principales instalaciones productivas de Incarlopsa acredita que la compañía dispone de un sistema de gestión de residuos orientado a la valorización conforme con los requisitos del Reglamento RP-CSG-057, que está alineada con el compromiso medioambiental de la compañía, basado en un modelo de desarrollo sostenible y a largo plazo donde se promueve la economía circular, y se enmarca en la línea de actuaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el G20, el Plan Estatal Marco de Residuos (PEMAR), la Unión Europea y España en lo relativo a economía circular.
La certificación de residuo cero tiene una validez de tres años, si bien la compañía deberá someterse durante este tiempo a auditorías de control intermedias para poder conservar la certificación tal y como ha ocurrido con la renovación obtenida para las actividades de sacrificio, despiece, loncheado y empaquetado de productos cárnicos de porcino que se realizan en el matadero.