Ese impulso va acompañado de una reducción del presupuesto destinado a ayudas al alquiler, que pasa de los 20 a los 11 millones de euros, manteniendo programas específicos para personas vulnerables, mayores de 65 años, jóvenes y el conjunto de la ciudadanía en general. También contempla de nuevo las ayudas al alquiler para víctimas de violencia de género, pudiendo llegar al 100% del alquiler en el caso de las mujeres más vulnerables.
En cuanto a la adquisición, la Consejería mantendrá las ayudas a la adquisición para jóvenes menores de 35 años en municipios de menos de 10.000 habitantes, como se viene haciendo desde su puesta en marcha en el año 2019 y continuará con la transformación de edificios de titularidad municipal en zonas rurales para su conversión en vivienda a precios asequibles.
Finalmente contará con nuevos recursos para impulsar la mejora de la accesibilidad de los edificios y de las viviendas. Y junto a ello, la ejecución del plan 10.000, por el cual a través de ayudas directas a promotores privados se van a construir viviendas a precios asequibles en régimen de compraventa y de alquiler.