De hecho, ha advertido de que si ese déficit inversor no se corrige, se verá afectado el crecimiento a medio y largo plazo y resultará mucho más complicado abordar el equilibrio fiscal requerido por Bruselas.
Además, el director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas, Raymond Torres, ha señalado que hay dos factores que les lleva a considerar que se podría producir una cierta desaceleración este año con respecto al año pasado.
El más potente, según Torres, es la política fiscal. "En una situación de prórroga presupuestaria, muchas de las partidas de gasto se congelan", ha explicado. Otro de los factores es la reversión de las medidas del paquete de antiinflación, que detraerá la renta disponible para los hogares e incrementará puntualmente los precios al consumo.
En cuanto a la inflación, Funcas estima que el indicador pasaría del 3,5% en media anual el año pasado en términos de IPC al 3,2% este año, fundamentalmente por los ajustes del IVA. Para el año que viene, la Fundación cree que España se acercará al objetivo del BCE, con una tasa de en torno al 2,3%.
En el plano fiscal, las estimaciones de Funcas apuntan a que el déficit bajaría hasta el 3,2% en 2024 y hasta el 3% el año que viene, pero ha alertado de que la deuda pública será muy difícil reducirla por debajo del 105% a finales del periodo del horizonte de previsión.
"Ahí tenemos todavía un reto muy importante, que es el reto de reducir la deuda pública. No es un reto a muy corto plazo, pero sí que a medio plazo es un reto para nosotros", ha reiterado Torres.