Desde la sede del Gobierno castellanomanchego, el Palacio de Fuensalida, dos minutos antes de la hora convocada y con una rosa en la mano, Emiliano García-Page se pronunció después de que ERC ofreciera los primeros detalles del preacuerdo para investir a Salvador Illa como president. "No me vincula. No saldrá adelante. Hasta aquí", zanjó tras el atril institucional del Gobierno castellanomanchego.
Este sábado, 38 días después, volverá a pronunciarse al respecto. Desde aquel 31 de julio, apenas ha protagonizado dos apariciones públicas, la primera de ellas en el sepelio del exalcalde de Albacete Manuel Pérez Castell; y la segunda esta misma semana para participar en un foro sobre parlamentarismo en Toledo. Desde entonces y hasta ahora, Salvador Illa ya ha asumido del cargo de president del Gobierno catalán.
La intervención que García-Page protagonizará este sábado llega en la misma semana en la que, en primera instancia, su consejero de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, Juan Alfonso Ruiz Molina, cargara contra la portavoz del PSOE, Esther Peña, en plena discusión al respecto de si las cesiones fiscales a Cataluña son un cupo, un concierto o una financiación singular. "Nos toman por tontos", dijo el responsable de la Hacienda castellanomanchega.
Solo un día después, era el vicepresidente primero del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, quien respondió frontalmente a la portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez, Pilar Alegría, tras sugerir que las bonificaciones fiscales que disfrutan las empresas que se instalan en Cuenca, Teruel o Soria son otro ejemplo de financiación singular. "Es una broma de mal gusto", dijo el 'número dos' de García-Page.