Esta diferencia de más de 225.000 trabajadores entre la EPA y la Seguridad Social nos está diciendo que muchos autónomos están siendo obligados a asumir sus propios costes laborales cuando en realidad deberían estar contratados. “No podemos seguir permitiendo que los falsos autónomos distorsionen el mercado laboral y condenen a miles de personas a la inseguridad”, subrayó Landaburu. La figura del falso autónomo se ha consolidado en sectores donde trabajadoras y trabajadores que deberían estar cubiertos por los derechos y garantías de un contrato asalariado son registrados como autónomos. Esta situación no solo perjudica a las y los trabajadores individuales, que carecen de protección social, vacaciones y prestaciones por desempleo, sino que también afecta negativamente a la economía, creando una competencia desleal que perjudica a los autónomos reales. “La práctica de los falsos autónomos supone una precarización del mercado laboral y socava la integridad del colectivo. Mientras algunos empresarios continúan explotando esta práctica irregular, el conjunto de autónomos ve manchada su imagen y su estabilidad se ve comprometida”, añadió Landaburu.
UATAE pide a las administraciones que refuercen las inspecciones laborales y que promuevan una legislación clara y efectiva que ponga fin a los falsos autónomos, sancionando a las empresas que recurren a esta práctica. Entre las propuestas de UATAE se incluyen: incrementar las inspecciones, crear un marco sancionador más severo para las empresas que eludan la contratación directa a través de la figura del falso autónomo. Promover programas de sensibilización y asesoramiento para que las y los trabajadores afectados conozcan sus derechos y puedan denunciar situaciones irregulares. “Las y los autónomos no pueden seguir soportando una situación que desvirtúa su actividad y les obliga a competir en condiciones desiguales”, concluyó Landaburu.