La operación 'Roncele' se inició tras la presentación de seis denuncias por robos de cable de cobre de telefonía en varios municipios de La Rioja, ocurridos entre el 2 y el 24 de octubre. Estas acciones delictivas dejaron sin conexión telefónica e internet durante horas a numerosos vecinos de las zonas afectadas, lo que generó un gran perjuicio y un grave riesgo para la seguridad ciudadana.
La recopilación de información llevada a cabo por agentes del Grupo de Apoyo de la Guardia Civil en Logroño, durante las inspecciones técnico-oculares, permitió determinar que las sustracciones habían sido realizadas por trabajadores o extrabajadores de empresas dedicadas al montaje y mantenimiento de líneas aéreas de telecomunicaciones, dado que se habían utilizado herramientas específicas para cortar el cable, ha informado la Guardia Civil en nota de prensa.
Este hecho quedó constatado tras hallarse ocultos entre la maleza un total de 550 kilos de cable pelado, dispuestos en fardos para su venta. Tras un arduo trabajo de investigación y numerosas gestiones, los agentes centraron sus actuaciones en cuatro empleados de una empresa de Guadalajara que habían acudido a La Rioja para instalar fibra óptica.
Estos individuos fueron sometidos a una vigilancia discreta, pudiendo constatar cómo aprovechaban su jornada laboral para sustraer de manera coordinada y conjunta el cable de telefonía, que posteriormente vendían en un centro de reciclaje de Logroño. Allí llegaron a entregar 1.870 kilos de cobre, recibiendo a cambio 4.891 euros. Este hecho condujo a la detención de los implicados, a la instrucción de diligencias y a su puesta a disposición judicial.