Así, el porcentaje de empresas familiares ha crecido 3,6 puntos porcentuales en los últimos diez años, hasta alcanzar los 1,1 millones de sociedades.
El estudio también ha destacado "la resiliencia en un entorno cambiante" de las empresas familiares, cuya edad promedio alcanza los 30 años, un dato que refleja "una mayor capacidad de adaptación y resistencia" de las empresas familiares frente a las no familiares, incluso a pesar de los desafíos económicos y generacionales.
De esta manera, el 29,3% ha superado al menos un relevo generacional, y el 1,2% pertenece ya a la tercera o posteriores generaciones.
Según los datos, la supervivencia empresarial está directamente relacionada con el tamaño de la compañía, mostrando una tendencia ascendente conforme aumenta su dimensión. En este sentido, mientras el 73% de las microempresas logran mantenerse activas, este porcentaje asciende al 83% en el caso de las grandes empresas.
A nivel geográfico, comunidades autónomas como Canarias, Baleares y Galicia se sitúan como las de mayor concentración de empresas familiares, mientras que Baleares, Castilla y León y La Rioja lideran en términos de generación de empleo.
Asimismo, el informe pone de relieve las conclusiones relacionadas con la rentabilidad económica y financiera de las empresas familiares, ya que los resultados evidencian que este tipo de organizaciones ha logrado combinar un "sólido desempeño económico" con un fuerte compromiso con su entorno.