Ninguna de las cerraduras tenía signos de forzamiento, por lo que las sospechas de los agentes se centraron, desde un primer momento, en un círculo reducido de personas que podían disponer de llave y tener conocimiento del lugar en el que se escondía la caja fuerte.
Visualizadas las diferentes cámaras de seguridad, pudieron ver cómo uno de los trabajadores del establecimiento entraba al portal comunitario que da acceso al sótano del local utilizando sus propias llaves y, al poco tiempo, se le podía ver dentro del sótano.
Una vez en el interior, y con el rostro oculto, roció todas las cámaras de seguridad con un spray para evitar ser identificado y para obtener mayor seguridad, arrancó e inutilizó la instalación wifi del establecimiento.
Después, el supuesto autor de los hechos salió del portal con un carrito en el que portaba la caja fuerte sustraída. Una vez identificado y detenido el presunto autor, se ha logrado recuperar la totalidad del dinero sustraído, 33.572 euros que tenía escondidos dentro de un cubo de fregona en un garaje de su propiedad.