A partir del 29 de agosto, todos los envíos de mercancías que se dirijan Estados Unidos o Puerto Rico deberán pagar aranceles en una cuantía que variará en función del país de origen y del valor del producto.
La situación obliga a Correos, al igual que a todos los operadores postales, como la DHL alemana, a modificar "sustancialmente" sus procesos, así como a aumentar los controles de los envíos para poder implementar los nuevos requisitos.
Esto, avisan desde la empresa pública, impactará de manera "significativa" en la logística postal internacional y en los flujos de comercio electrónico.
Sin embargo, el envío de cartas y documentos sin valor comercial, de libros o los regalos enviados por particulares con un valor igual o inferior a 100 dólares (85,2 euros) se continuarán admitiendo y no se verán afectados en modo alguno.