En concreto, la facturación del área de videojuegos creció un 3,7%, hasta 1,1 billones de yenes (6.230 millones de euros) y el negocio de música facturó un 21% más, hasta 542.361 millones de yenes (3.046 millones de euros), mientras que la división de cine ingresó un 2,7% menos, con 346.033 millones de yenes (1.943 millones de euros).
De su lado, el área de entretenimiento retrocedió un 7% en el trimestre, hasta 575.737 millones de yenes (3.233 millones de euros), pero la de imagen creció un 14,8%, hasta 614.642 millones de yenes (3.452 millones de euros).
De tal modo, el beneficio neto atribuido de Sony en su primer semestre fiscal aumentó un 5% interanual, hasta 598.877 millones de yenes (3.363 millones de euros), mientras que los ingresos del conglomerado industrial japonés aumentaron un 3,4%, hasta 5,73 billones de yenes (32.180 millones de euros).
De cara al conjunto del ejercicio, que concluye el 31 de marzo de 2026, la compañía japonesa ha revisado al alza su previsión de ingresos y ahora espera una cifra de negocio de 12 billones de yenes (67.390 millones de euros), un 3% más de lo estimado previamente, mientras que ha mejorado un 8% su estimación de beneficio neto atribuido, hasta 1,05 billones de yenes (5.900 millones de euros).
REBAJA LA FACTURA ARANCELARIA.
Asimismo, Sony calcula que los aranceles anunciados hasta la fecha tendrán un impacto negativo de 50.000 millones de yenes (281 millones de euros) en sus cuentas del ejercicio en curso, una cifra un 28,5% inferior a los 70.000 millones de yenes (393 millones de euros) que estimó en agosto y la mitad del impacto estimado en un primer momento por el conglomerado japonés del ocio y la tecnología.
Por otro lado, el consejo de administración de la compañía japonesa ha autorizado un plan de recompra de acciones propias por importe de hasta 100.000 millones de yenes (562 millones de euros).
En función de la autorización, Sony podrá recomprar hasta un máximo de 35 millones de acciones de la empresa entre el 12 de noviembre de 2025 y el 14 de mayo de 2026.