Qué gana (y qué arriesga) el club pequeño
Para clubes como CF Talavera y CD Guadalajara, la taquilla es el principal motor económico directo en un partido de estas características. La experiencia reciente de otros equipos modestos que han recibido a grandes de Primera División demuestra que la demanda suele desbordar la capacidad del estadio, como ocurrió en enfrentamientos celebrados en campos de entre 4.000 y 5.000 localidades, donde el aforo se completó con mucha antelación.
Además de las entradas, los clubes se benefician de pagos vinculados a la competición, que incluyen primas por participación en la ronda y una parte de los ingresos derivados de la retransmisión. Aunque estas cuantías no se publican en detalle, se sabe que la presencia de clubes como Real Madrid o Barcelona multiplica la audiencia televisiva y, en consecuencia, incrementa las cantidades distribuidas por la organización.
Asimismo, aunque los ingresos televisivos se comercializan de forma conjunta y no se otorgan íntegramente al club local, sí generan pagos complementarios por participación y aumentan el atractivo para patrocinadores y empresas locales, que encuentran un escaparate de gran alcance.
Ingresos por taquilla
En este tipo de eliminatorias, los precios suelen establecerse en una horquilla aproximada de 20 a 60 euros, según grada y rival. Con estos parámetros, la recaudación de un estadio pequeño lleno puede situarse en torno a 150.000 – 450.000 euros antes de costes, impuestos y repartos oficiales.
Esta referencia procede de comparativas de aforos, tarifas y registros de asistencia en rondas equivalentes de la Copa del Rey cuando participan clubes de primer nivel.
Dos escenarios comparativos para Talavera y Guadalajara
Para Talavera y Guadalajara se abren dos escenarios con implicaciones económicas muy distintas. Mantener el partido en sus estadios habituales —El Prado y el Pedro Escartín, con capacidades que oscilan entre los 5.000 y los 8.000 espectadores— permitiría precios en torno a 20–60 euros y una recaudación bruta estimada entre 150.000 y 450.000 euros. Esta opción ofrece un ambiente más reconocible para la afición y un mayor control de los costes, aunque también limita los ingresos potenciales y exige afrontar unas condiciones de seguridad más estrictas en instalaciones más pequeñas.
Además de la taquilla, habría que sumar los pagos federativos y los derivados de la retransmisión, que podrían elevar el resultado final. La alternativa de trasladar el encuentro a un estadio de mayor capacidad en localidades cercanas —entre 10.000 y 20.000 asientos, como suele hacerse en situaciones de alta demanda— modificaría por completo la escala económica: con precios de 20 a 50 euros, la recaudación podría situarse entre 300.000 y un millón de euros. En este caso, el club tendría que asumir un incremento de gastos por el alquiler del recinto, la seguridad reforzada, la operativa añadida o los acuerdos con la entidad propietaria, aunque el aumento del aforo disponible suele traducirse en un margen de beneficio notablemente superior.
En definitiva, para Talavera y Guadalajara la visita de Real Madrid y Barcelona representa mucho más que una ronda copera. Es una inyección puntual de ingresos que puede reforzar la estructura del club, actualizar instalaciones, aumentar masa social y atraer patrocinios. También es una ocasión para que la ciudad viva un momento de fuerte impacto simbólico y económico: hostelería, comercio y turismo se benefician de un flujo de visitantes y de una exposición mediática que la Primera RFEF no ofrece habitualmente.
Los precedentes indican que el beneficio económico para el club anfitrión puede situarse, en condiciones normales, entre cientos de miles y hasta un millón de euros en los escenarios más favorables