www.clm21.es
Crónica: De los 100.000 de Castilla-La Mancha, la fuga de talentos y el “new deal” estatutario
Ampliar

Crónica: De los 100.000 de Castilla-La Mancha, la fuga de talentos y el “new deal” estatutario

jueves 27 de febrero de 2020, 22:04h
Está bien defender las señas de identidad de una Comunidad, porque es algo que enriquece. Pero cuando se hace de forma exclusiva, lejos de enriquecer, empobrece. Publicaba el diario catalán La Vanguardia, uno de los mejores de España, una información según la cual “Madrid fagocita el talento de España”. Y añadía que “varios estudios subrayan con datos como esta región es la que más atrae la fuga de cerebros de otras comunidades”. Y claro en Madrid al talento se le pide hablar español y, según los casos, inglés y/o algún otro idioma. El problema es que en otros territorios se le pide además una inmersión lingüística, porque prima la identidad sobre el conocimiento específico. Y, sin entrar en el debate de si eso es bueno o es malo, lo que es evidente es que es poco práctico y perturbador, es un requisito que además de adicional se considera indispensable. La información tiene otra derivada y es que hay comunidades que se vacían de su mejor talento, que emigra a zonas de mayor oportunidad. Porque si uno capta talento y capital humano es porque hay otros que lo ceden.
En este contexto, también viene al caso la cita de otra información, esta publicada por El Confidencial, según la cual 630.000 españoles cambian a diario de Comunidad para ir a trabajar. Dice la información que en Toledo viven 58.000 personas que trabajan en Madrid y que en Guadalajara son más de 41.000. En total son casi 100.000, el casi 10% de nuestra población activa. Unos son de aquí que buscan oportunidad allí. Y otros son de allí que buscan casa, tranquilidad o calidad de vida aquí. Que de todo hay y ahora las distancias se miden en tiempo y no en longitud. Unos quieren trabajo allí para poder vivir y otros quieren casa aquí porque allí la vida es más difícil y más cara, es el reverso del progreso

Dice el vicepresidente del gobierno castellano-manchego Martínez Guijarro, una persona con experiencia en la gestión, que es la hora de hacer un nuevo Estatuto. Son tantas las cosas a cambiar del actual, que es mejor una nueva redacción íntegra. Y no le falta razón, la norma originaria va para 40 años. Y lo que, como la salida de un régimen centralizado, se proyectó como una región con autonomía administrativa es hoy la organización responsable de la prestación de los principales servicios públicos a los ciudadanos, una autonomía política. La reforma llega en un momento en el que las fuerzas de otros territorios han impuesto al gobierno central la revisión del modelo territorial: desde el sistema judicial hasta la Seguridad Social.

Castilla-La Mancha tiene sus propias fortalezas y sus propias debilidades, como cualquier Comunidad. La próxima semana se reunirán gobierno y fuerzas parlamentarias para iniciar el proceso que debe llevar a la redacción de un nuevo texto, un nuevo acuerdo. Y ese “new deal autonómico” debe recoger la esencia de esta región, corazón de España, con el ciudadano como eje central. Y debe establecer el marco que permita proyectar el progreso económico y social de los ciudadanos y abordar los principales retos de nuestra Comunidad, que no pasa por un sistema judicial diferenciado o la gestión de la Seguridad Social, como reclaman otras regiones. Pasa más bien por redefinir el papel de Castilla-La Mancha y por la garantía de unos servicios públicos de calidad. Lo bueno es que hoy hay una experiencia autonómica que no existía cuando se redactó el Estatuto originario. Dicho de otra manera, la norma pasa por los ciudadanos, que deben ser el eje del modelo.

Y a día de hoy hay varias cuestiones y circunstancias sobre la mesa: el aprovechamiento de los recursos naturales, la fuerza de Madrid sobre la economía y la vida de varias zonas del territorio (en otras comarcas es la influencia de la Comunidad Valenciana) la despoblación de las zonas rurales, la modernización del sector agropecuario y la garantía de su viabilidad... Son algunos de los fenómenos que marcan el presente y el futuro y que deben permitir establecer el nuevo modelo que se quiere con la nueva redacción. Pero sobre todo pasa por establecer la garantía de derechos, por la garantía de los servicios públicos, y por la garantía del desarrollo personal y colectivo en los campos económicos, social y cultural.

Y hay que hacerlo desde el posibilismo. No vaya a suceder lo que le ha pasado al jefe de servicio de Consumo del gobierno central (mal llamado ministro desde el punto de vista competencial). Que llegó para poner coto al juego y ¡anda, ya! Que la prohibición total de la publicidad del juego ahora “es no sólo inadecuada, sino imprudente”. Cómo cambian las cosas vistas a través de la ventanilla del coche oficial.

Claro que lo del nuevo Ejecutivo central, por muy aire americano que pretendan darle Iván Redondo y otros, a veces parece el ejército de Pancho Villa. Y así tenemos a un responsable de la agenda 2030 y con competencias en dependencia y juventud como miembro de la comisión delegada del CNI. La ironía sobre este nombramiento la puso Felipe González. Tenemos a un miembro de Exteriores –también de Podemos- incendiando nuestras relaciones con los vecinos del Magreb. Tenemos a una ministra de Trabajo echando gasolina al campo y plantando a las organizaciones profesionales agrarias… Son comportamientos que rezuman una idea de supremacía intelectual, ideológica y política. Porque en el espectro político hay diferentes expresiones de supremacía, desde la territorial identitaria, hasta la patriótica, pasando cómo no por la de la progresía del coaligado.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios