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Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, durante una de las sesiones del Consejo Europeo extraordinario.
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Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, durante una de las sesiones del Consejo Europeo extraordinario. (Foto: Pool Moncloa // Fernando Calvo y Pool Consejo Europeo)

Satisfacción por el trabajo de las rastreadoras y malestar por el reparto del fondo Covid

  • España aumenta su gasto y reduce sus ingresos anuales en el acuerdo con Europa

jueves 23 de julio de 2020, 20:57h
Hay malestar en el gobierno regional por el reparto del primer paquete del Fondo Covid, que ha hecho el gobierno de España. Aún así se confía en que sí exista una gestión de Estado del Fondo Europeo de Reestructuración que va a allegar 140.000 millones a España. El Ejecutivo Autonómico no quiere entrar en una subasta de reparto que ya han iniciado otras Comunidades, como Cataluña y se decanta por una “reflexión coordinada” entre administraciones para sacar al país de la crisis. Y en el gabinete hay también una gran satisfacción por la entrega de las rastreadoras del Covid y por su trabajo para evitar una explosión de los casos y tener bajo control los rebrotes.
La vista está puesta ahora en las cuentas del año que viene. Dependen mucho del gobierno central y de qué se haga con esos 140.000 millones de Europa. El gobierno de España necesitaba ayudas y créditos y los ha conseguido. Es un éxito. Pero conviene recordar que nadie da duros a peseta. El acuerdo supone que, para obtener este ingreso extraordinario, nos hemos comprometido a tener más gastos y menos ingresos ordinarios (anuales) del presupuesto europeo. Entre los gastos: la devolución del dinero que se nos preste (67.000 de los 140.000 millones) y de los intereses que genere. También los 6.000 millones de euros más de aportación anual al Presupuesto de la Unión para compensar lo que dejan de pagar los denominados frugales. Entre los menores ingresos, las ayudas a la PAC y la disminución de los fondos de cohesión. Ese es el acuerdo más allá de aplausos o críticas.

Si antes de la pandemia a los gobiernos españoles (a todos, incluidos los autonómicos y todos los partidos) les costaba llegar a fin de año, de aquí en adelante lo tienen más difícil, porque se han añadido mayores costes, los derivados de la pandemia, los nuevos gastos sociales (ingreso mínimo vital) y los que figuran los del acuerdo europeo. A fin de cuentas, la subvención europea (73.000 millones) la vamos a ir pagando año tras año con nuestra mayor aportación. Y vamos a recibir menos dinero para las regiones de menor renta. De ahí la importancia de que el dinero que viene de Europa se emplee para reconstruir y reforzar el país. Se debe generar más actividad, más riqueza, que permita generar más ingresos públicos, para poder devolver lo prestado y hacer frente a los compromisos adquiridos por las ayudas. Es como si alguien quiere poner un negocio y pide ayudas a inversores o benefactores y préstamos al banco. Benefactores y banco aplican condiciones para recuperar su dinero. Y, el negocio o funciona o se va a la ruina.

Aquí, el consejero de Hacienda está haciendo números, sobre este año y sobre el que viene. En este, la pandemia ha aumentado el desfase presupuestario en el primer semestre un 45% respecto al mismo periodo del año anterior, que se confía en amortiguar con ese fondo especial Covid. El coronavirus obliga a más gasto para el segundo semestre: rastreadores, compra de material y preparación de la sanidad pública ante una posible segunda oleada, establecimiento de medidas de seguridad en los centros educativos para el inicio del curso escolar, políticas activas de empleo, recuperación del tejido productivo e impulso de la economía… Los frentes son muchos. De la información que emana del gobierno y de las comparecencias públicas de sus responsables da la impresión de que este año no hay fin del curso político, que se empalma directamente con el que viene.

En cuanto a las cuentas del año que viene, se prevé la caída de ingresos fiscales. Se está a la espera de conocer más detenidamente el impacto del acuerdo europeo en las cuentas regionales y las medidas fiscales y presupuestarias del gobierno de España, que marcarán el presupuesto de Castilla-La Mancha, que ya está en elaboración.

Hoy, el gobierno se reúne en sesión extraordinaria para aprobar las medidas de protección y de prevención para el inicio del curso escolar. Es uno de los escenarios que más preocupa y en el que se quiere conseguir la tranquilidad y la seguridad de la población. Entre las medidas que hoy va a aprobar el Ejecutivo están las de carácter sanitario e higiénico en los centros y el refuerzo de las plantillas. Son más gastos a sumar por la pandemia.

El gobierno regional centra las últimas semanas del curso político que acaba en tres ejes fundamentales. El sanitario, el educativo y el económico y todo ello pasando por el cuarto, por el de Hacienda que es el departamento que firma los libramientos de dinero.

Sobre la situación económica no se rehúye la gravedad. El primer impacto ha sido duro. Existe cierto alivio porque se ha producción una recuperación mayor de la prevista en el mercado de trabajo. Se está a la espera de lo que diga la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre, el próximo martes. También lo que diga la contabilidad nacional sobre la evolución del PIB, el lunes, y las estimaciones regionalizadas posteriores de organismos y centros de estudios. Los datos del sector turístico, estratégico para la economía regional, son preocupantes. Las exportaciones se resienten, pero menos gracias al peso de la industria agroalimentaria, que mantiene su pujanza, salvo el sector del vino, que sufre la caída de precios.

El gobierno reasigna fondos y los destina a cubrir los planes de recuperación acordados con los agentes sociales, por un lado y con PSOE y Ciudadanos por otro, mientras le llegan los ecos de “queremos más” desde el PP, que en su estrategia de desgaste del gobierno se desmarcó de los acuerdos. Una estrategia que pasa por tratar de emplear o involucrar a las organizaciones civiles. Los que gobiernan y los que han gobernado saben que la política, la gestión, se hace con dinero que nunca es suficiente y, en época de crisis, escasea aún más.

El futuro para salir de la crisis actual pasa por el Fondo Europeo de Reconstrucción, por cómo se gestionen los 140.000 millones. Y haría bien el gobierno de España en evitar la subasta nacional, en no caer en la tentación de comprar apoyos, en aparcar maximalismos. Dicen en su entorno que la legislatura está salvada. Ahora sólo hace falta salvar al país. Y que no tenga que hacer recortes en pensiones o función pública o en las ayudas a las rentas agrarias, porque, de lo contrario, el éxito de hoy se convertiría en el fracaso político del mañana. En la política actual se vive el hoy, el corto plazo, y mañana, la providencia dirá. Y si los ajustes hay que hacerlos que sean en 2023, cuando casualmente también empezará a funcionar la nueva PAC. Y en 2023 la legislatura estará salvada. Porque, en Europa, Pedro Sánchez no sólo ha conseguido dinero, también ha conseguido tiempo. Los ajustes llegarán en diferido.
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