Si Castilla-La Mancha iniciaba el año pasado con 46.329 unidades que empleaban a trabajadores, el 1 de octubre la cifra había descendido a 37.668, se habían reducido en 8.861, el 18,7%. En cuanto a los autónomos, Castilla-La Mancha iniciaba el año con 124.434 y a uno de octubre la permanencia de estos trabajadores era de 112.926. La reducción es de 11.508, el 9,25%.
En el conjunto del país, la incidencia entre los empleadores supuso una reducción del 17,4%, lo que equivale a la desaparición de 207.000 unidades legales generadoras de empleo de las casi 1.191.000 existentes a principios de 2020. El índice de supervivencia crece en la medida que aumenta el número de empleados. Así el efecto de la covid fue mayor en aquellas compañías entre 1 y 5 asalariados (886.864), de las que el 21,5% no sobrevivía a finales de septiembre, mientras que entre las 4.783 con más de 250 empleados, el índice se quedaba sólo en el 1,2%.
El dato tiene su interés de cara a la adopción de medidas de carácter económico y en la decisión y la planificación de las ayudas para la recuperación. Como ha publicado clm21.es, las grandes compañías, asesoradas por las grandes consultoras que, a su vez también asesoran al gobierno, aspiran a llevarse el grueso de los fondos de la Unión.
En el caso de Castilla-La Mancha, de las 46.329 unidades que tenían personal contratado, la mayor parte (35.538) tenía menos de seis asalariados. Son las que más han sufrido el impacto de la pandemia. A finales del tercer trimestre la supervivencia en este segmento era del 77,52%, representado por 27.549 contratantes, lo que supone la desaparición de 7.989, el grueso de los 8.661 que pierde la Comunidad
Bajo la perspectiva del empleo, la estadística revela que la pandemia incidió con fuerza entre las empleadoras de Castilla-La Mancha. A finales de marzo, el saldo neto de unidades empleadoras había descendido en 4.414. La tasa negativa de crecimiento fue del -9,2%, dos puntos por encima de la media nacional que registró un descenso del 7,1%.
Se observa que la incidencia de la pandemia no fue homogénea para los diferentes territorios. Los más afectados, al presentar las peores tasas netas de crecimiento de unidades, fueron Andalucía (–11,8%), Extremadura (–10,1%), Canarias (–9,4%) y Castilla-la Mancha (-9,2%).
En sentido contrario, Islas Baleares (–2,3%), País Vasco (–3,6%) y la ciudad autónoma de Ceuta (–3,8%) fueron los menos afectados al registrar las tasas netas menos negativas.
Al final del del primer trimestre 9.212 (22%) de las unidades empleadoras de nuestra Comunidad tenían algún trabajador en Expediente de Regulación de Empleo. En total, 6.269 perdieron toda su plantilla a lo largo del primer trimestre. Sin embargo, 1.354 (17,5%) de estas, volvieron a contratar trabajadores y persistían con empleo al final del segundo trimestre.
En el conjunto del país, a finales de marzo, 250.000 (22,7%) de las unidades tenían algún trabajador en esta situación. En total, más de 140.000 unidades perdieron toda su plantilla a lo largo del primer trimestre. Sin embargo, el 26,3% de estas, volvieron a contratar trabajadores y persistían con empleo al final del segundo trimestre, en lo que el INE denomina reactivaciones.
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