Además de los gastos derivados de la pandemia, que provocaron un aumento anual de 465 millones de euros (38,65%) en el capítulo de compras de bienes y servicios, la Junta aceleró la inversión pública a niveles desconocidos en los últimos ejercicios. El gasto comprometido en inversión superó los 282 millones de euros, de los que el Ejecutivo reconoció obligaciones de pago por valor de 242 millones. El incremento del gasto reconocido oficialmente dentro del presupuesto aumentó un 23,4% respecto a 2019.
En términos absolutos, la partida que generó más gasto fue la de personal, que ascendió a 3.520 millones de euros, un 6,5%, por encima del año anterior impulsada por la contratación de personal sanitario de refuerzo para combatir la pandemia.
A pesar del elevado volumen de dinero en operaciones de endeudamiento a corto plazo, Hacienda logró rebajar la factura de intereses y gastos de formalización en casi 7 millones de euros (-3,15%) y aumentó en más de 100 millones de euros (6,1%) las transferencias de fondos en ayudas para gastos corrientes a familias, empresas e instituciones sin fin de lucro.
El aumento del gasto total del gobierno castellano-manchego en servicios públicos durante 2020 estuvo por encima de la media del acometido por el sector autonómico, que fue del 11,52%
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