Los datos reales visten a otra Castilla-La Mancha, la de verdad, la que sufre y busca el empleo, la silenciosa, la alejada de las alfombras y del ruido político, de los coches oficiales y de los juegos palaciegos. La que espera una cita para pasar por el quirófano, la ayuda de la PAC que no llega en plazo, la que busca un colegio para sus hijos, la que aguarda a que le valoren la dependencia, la que necesita vivienda, la que tira malamente hasta final de mes y, en muchos casos, ni eso, porque el mes se acaba el día quince. Es la Castilla-La Mancha que está detrás de los datos, de los reales. Unos buenos para el ejecutivo, -obligación y acierto- otros malos, -dejadez, incapacidad o fracaso- que de todo hay.
El balance le correspondió a Nacho Hernando. Tiene el portavoz el don de la palabra y el mal de las cifras. Es algo que adorna a todo el gobierno del presidente García-Page... Y dice que Castilla-La Mancha “alcanza velocidad de crucero… Creciendo en PIB, empleo, creación de empresas, exportaciones y turismo a un ritmo mayor que la media”.
Pero al portavoz y al gobierno entero les contradice el Instituto Nacional de Estadística (comprobar aquí), que con sus datos oficiales revela que no hay velocidad de crucero, que algún motor anda algo averiado.
Los datos del INE ponen de manifiesto que el crecimiento de la riqueza regional (el Producto Interior Bruto) en estos dos años en Castilla-La Mancha ha sido inferior a la media nacional.
No es el único organismo oficial que desmonta el discurso oficial del gobierno. En esa misma línea se mueve la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF), el Instituto de Estadística de Castilla-La Mancha (comprobar aquí) y prestigiosas bases (Datos Macro) de datos económicos.
En 2015, el PIB de Castilla-La Mancha creció en el mismo porcentaje que la media nacional, el 3,2 por ciento. En el segundo semestre, en los que ya gobernó el equipo de García Page, ese crecimiento fue una décima inferior a la media. En 2016 el PIB regional creció 3,1%, el nacional una décima más, el 3,2. En el primer trimestre de 2017, el crecimiento del PIB nacional fue del 0,8. El regional, del 0,6 (trimestral). En tasa interanual, en España ha sido del 3% y en Castilla-La Mancha, del 2,4. Los datos oficiales contradicen el balance del Gobierno sobre el crecimiento económico. La velocidad de crucero, en este caso es con los motores averiados.
Respecto al empleo, hay dos datos que permiten medir la realidad del mercado de trabajo: son el que hace referencia al número de ocupados (Encuesta de Población Activa) y el de afiliados a la Seguridad Social. Dice el INE que a final del primer trimestre de este año había en nuestra Comunidad exactamente 50.000 ocupados más que en 2015. Y dice el Instituto de estadística de Castilla-La Mancha (comprobar aquí) que la afiliación a la Seguridad Social había crecido en nuestra Comunidad en 37.578 trabajadores, lo que representa un incremento de 5,87 % en estos dos años. En España en esos dos años la tasa de afiliación ha subido en un 6,82 por ciento.
Hay que tener en cuenta que la tasa de paro varía en función de la población total y de la población total activa. Así si se produce una salida de jóvenes castellano-manchegos a la búsqueda de empleo en otras regiones o en el extranjero, esos parados ya no computan en la Comunidad. De hecho, mientras España ha empezado a ganar población, Castilla-La Mancha mantiene la tendencia contraria.
Evidentemente hay otros datos de gran importancia, como la temporalidad y la cobertura del desempleo, y los datos oficiales presentan luces y sombras para el gobierno.
Otra de las grandes cifras que nos acercan a la evolución económica es la referida a la creación de empresas. Los datos anuales cerrados (comprobar aquí) indican que, en el primer año completo del gobierno regional, 2016, en Castilla-la Mancha se redujo el ritmo de creación de empresas en un 17,9. En el conjunto de España la disminución fue del 8,9 por ciento.
Lo mismo ocurre en cuanto a comercio exterior. En 2016, el resultado comercial empeoró un 38,4 por ciento, a finales del primer cuatrimestre de este año se mantenía la tendencia con un deterioro del 24,8 por ciento. El conjunto de España cerró 2016 con una caída del 36,4 inferior a la que registró nuestra Comunidad (comprobar aquí).
Durante 2016, el déficit entre las exportaciones e importaciones alcanzó los 1.138 millones de euros. A finales de abril el déficit comercial de lo que llevamos de año ya alcanzaba los 343,8 millones de euros (comprobar aquí).
Es cierto que crecen nuestras exportaciones (un 7,7% en 2016), pero las importaciones lo hacen en mayor medida (11,4%), con lo que el saldo neto es negativo y se produce más salida de dinero hacia otros países que lo que ingresamos del exterior.
En los próximos clm21.es ofrecerá los datos analíticos de los diferentes sectores de actuación del Gobierno en torno al discurso que mantiene el ejecutivo regional: presupuestos, sanidad…
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