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Elecciones Castilla-La Mancha 2019: los millennials contra los baby-boomers
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Elecciones Castilla-La Mancha 2019: los millennials contra los baby-boomers

domingo 30 de septiembre de 2018, 20:57h
Las próximas elecciones en Castilla-La Mancha confrontarán no sólo a las izquierdas y derechas, a los partidos emergentes con los consolidados. Desde el punto de vista de liderazgo, la confrontación se producirá entre dos generaciones, los millennials o generación “Y” frente a la generación “X”. Los que se hicieron adultos con el cambio del milenio frente a los representantes del baby-boom de los años sesenta. En la generación milénica, los líderes del Partido Popular –con el recién elegido candidato único Francisco Núñez a la cabeza- y de Ciudadanos. En la generación “X”, que en España se solapa con la del baby-boom, los líderes de las formaciones de izquierdas, PSOE y Podemos. Entre unos y otros hay diferencias a la hora de ver la vida y el mundo.
Y aunque para algunos la edad no sea determinante, dicen los sociólogos y los expertos en publicidad, que segmentan a la población, que cada grupo tiene su forma de ver la vida, de ser en función de los tiempos que les han tocado vivir.

Hace cuatro años la revista Forbes ya definía a los millennials como nativos digitales, appadictos, que no pueden vivir sin sus móviles (nomófobos), críticos, exigentes, extremadamente sociales, que exigen un trato personalizado y nuevos valores, que estiman la participación y la colaboración y prefieren compartir a poseer.

A los baby-boomers españoles los publicitas los perfilan como personas sin miedo al futuro, de espíritu joven, con ganas de disfrutar la vida. Se les considera inmigrantes digitales, que han vivido los cambios tecnológicos y se han tenido que ir acompasando a esos cambios.

En Castilla-La Mancha los milénicos son 463.000 en cifras redondas (29,5% censo electoral) frente a 478.000 (30,4% del censo) de los hijos del estallido demográfico de los 60. Aunque los investigadores difieren a la hora de limitar las edades, se podría situar a las personas de entre25 y 40 años en la generación millennial y a los de 41 a 55 años en la del baby-boom.

Las primarias del PP ya anticipaban el cambio de generación al frente de ese partido. Los candidatos y sus principales colaboradores eran de la generación milénica, “Y,” Peter Pan o bumerán -que con todos estos nombres se conoce a los nacidos entre 1978 y 1995-. Ellos han tomado las riendas del primer partido de la región. Hombres y mujeres formados en las Nuevas Generaciones del Partido Popular y con trayectoria en cargos públicos en ayuntamientos, diputaciones y Parlamento Regional serán los responsables de la formación tras el paso atrás dado por sus mayores, pero no tanto, Cospedal -52 años- y Vicente Tirado -55 años-, ambos de la generación “Y”, la que nació a la luz del desarrollismo de los años sesenta.

El relevo por Francisco Núñéz (1982) asegura el cambio generacional en el PP, un cambio que protagonizan otras caras como Claudia Alonso, Carolina Agudo o María Roldán. Son los jóvenes que vieron cómo la crisis económica les estallaba en plena cara y tomaron conciencia y compromiso para no dejarse arrastrar por sus consecuencias. Ellos se educaron en el 2.0, las redes sociales, internet, los ordenadores y los móviles.

Lo mismo sucede en Ciudadanos, donde se da por seguro que la candidata será Orlena de Miguel (1979). Ella, al igual que los miembros de su generación, pertenece a aquel grupo de jóvenes sobradamente preparados, más cívicos, más concienciados con el medio ambiente y el futuro del planeta que hoy está en primera línea de muchos de los cambios sociológicos que se viven en España, entre ellos el de la conciencia de la feminización.

Una conciencia que se visualiza con la presencia y el compromiso de muchas mujeres de esta generación en puestos de la vida política, económica, social y cultural. Ellas, en diferencia a las de la generación “X” no promueven la igual, son la igualdad y la exigen. Las pensiones es una cuestión que ven en la distancia. Les aprieta más el acceso y las oportunidades laborales, la vivienda, la hipoteca y la escolarización de infantil y primaria.

Esta generación se verá las caras con los representantes de la generación “X”, cuyos primeros representantes están a las puertas de salir del mercado de trabajo y entrar en el sistema público de pensiones. No es el caso de los baby-boomers de la política castellano-manchega. Ellos están en el extremo de los benjamines de su generación. Son los de los planes de pensiones privados, la vivienda en propiedad y el disfrutar la vida. El secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, es de diciembre de 1969 y el candidato del Partido Socialista, Emiliano García-Page, de junio de 1968.

Los “X” son los padres de la nueva generación, los “Z” o “Youtube” que en muchos casos se han convertido en sus asesores digitales y sociales. Los “Z”, son más críticos y reclaman su libertad en el sentido más amplio. Conciben la familia y las relaciones sociales de forma muy diferente a la que tienen sus antecesores. En el comercio y el consumo, todos quieren conectar con ellos porque son los que tienen una gran capacidad de influencia.

Y en ese terreno se ha movido bien Podemos, un partido de viejas ideas que busca en el concepto “injusticia” la captación de este segmento de la población. Al PSOE le cuesta más. Los datos sobre la edad de la militancia en el PSOE llamaron a la preocupación, cuando en los últimos años se ha materializado un envejecimiento que ha generado la inquietud en el partido centenario, que comprueba cómo los más jóvenes a la izquierda, los primeros de la generación Z y los benjamines de los millennials cambiaban el rojo por el morado y se mueven más en las tesis radicales e inconformistas de Podemos. No sucede lo mismo en el centro-derecha. Las Nuevas Generaciones del PP mantienen su estatus porque el partido emergente más próximo, Ciudadanos, no termina de articular una estructura juvenil y el perfil de sus cuadros arroja una edad en torno a los cuarenta, de profesionales liberales y empleados con alta cualificación.

Desde el punto de vista electoral, la batalla en Castilla-La Mancha está servida: millenials en la oposición contra baby-boomers en el poder, con el objetivo puesto en captar a los Youtube.
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