Tras 35 años de autonomía, el sentimiento regionalista en CLM es de los más bajos de España

De regreso al gobierno en 2015, con un “Por Castilla-La Mancha. Vamos a cambiarla”, el equipo de García-Page ha tratado de recuperar ese regionalismo en fondo y formas: trasvase, almacén de residuos nucleares... Incluso ya en la campaña interna de primarias García-Page se ha presentado bajo el lema “Socialistas por Castilla-La Mancha”.

Pero a decir del CIS, el partido gobernante se va a ver obligado a modular su regionalismo. La marca vende menos que el sentimiento español. A decir de los datos que arroja el último barómetro del CIS, en la actualidad el sentimiento autonomista en nuestra Comunidad es el más bajo de España. El 44,7% de los castellano-manchegos encuestados se sienten únicamente españoles y un 7,6% más españoles que castellano-manchegos. Sólo el 37,1% se siente tan español como castellano-manchego. Sólo presentan registros más bajos madrileños (34,8%) y catalanes (34,4%)y estos últimos por el componente nacionalista.

No hay parangón en todo el mapa autonómico. El sentimiento españolista es el más alto del que se registra en todas las regiones. Sólo la Ciudad de Ceuta lo supera con un 60%. Ese dato del 44,7% contrasta con la media nacional que se sitúa en el 16,3%.

Y es que en su conjunto los españoles se sienten tanto de su tierra como de su país, un 52,6% así lo dicen. Sólo el 10,4% se sienten más de su Comunidad que de su país y ese porcentaje, por más que pueda parecer extraño, no sólo se debe a vascos (21,5%) o catalanes (24,1%). También gallegos (18,4%), riojanos (17,6%), canarios (16,5%) o navarros (14,6%). A estos últimos habría que sumar los nacionalistas, los que se siente únicamente de su comunidad.

La Castilla-la Mancha de 2018 dista mucho de la de 1982 cuando nació la Comunidad. En la primera encuesta que se realizó, la mayoría de los ciudadanos no sabían identificar las provincias que constituían la Comunidad, y no existía sentimiento regionalista. Hoy, la sociedad permanece dividida en dos bloques. Preguntados por la organización territorial del Estado, el 44,7% de los castellano-manchegos son partidarios de una restricción del modelo autonómico y el 43,9% que se mantenga o que se profundice. En concreto hay un 29,5% que se posiciona a favor de que desaparezcan las autonomías y un 15,2% a que las Comunidades tengan menos autonomía que en la actualidad. En el otro extremo, un 37,1% que se siente cómodo con la estructura actual y un 6,8% que desearía mayor autonomía.

Los estudios sociológicos son los que fijan las estrategias de los partidos, los que determinan los mensajes, los programas y hasta la publicidad. Y ahora para captar la atención de la mayor parte del electorado, el regionalismo se queda escaso. Eso se va a dejar ver en los posicionamientos para las elecciones autonómicas del mes de mayo.

De hecho, el PSOE de nuestra Comunidad ya se ha visto obligado a dar entrada al sentimiento español a resulta del conflicto catalán, de la actuación del gobierno central de su propio partido y del grave error cometido por el vicepresidente del ejecutivo castellano-manchego cuando en pleno desarrollo del proceso independentista catalán, se entrevistó con el entonces vicepresidente de la Generalitat, hoy en prisión preventiva, Oriol Junqueras, al que se acusa de rebelión y sedición.

La crisis catalana y los errores cometidos obligan al gobierno regional a modular no sólo los mensajes propios, también la crítica hacia la oposición en este terreno. Por otro lado García-Page ha tratado de convertir su cara en la imagen de Castilla-La Mancha. Esa identificación la consiguió Bono tras 20 años en la presidencia, mucho trabajo y un mensaje integrador. Tanto es así que en 2003 la región pasó a un segundo término en la campaña electoral del PSOE a favor de “José Bono. Un presidente para todos y todas”. En esas elecciones el PSOE consiguió casi el 58% de los votos.

Así las cosas y con unos castellano-manchegos que huyen del paternalismo de la vieja escuela, y que según el CIS quieren transparencia y garantizar los derechos a la sanidad, a la educación y que se mejore en eficacia y eficiencia en los servicios públicos y que ven en el paro el primer problema, ya están los mimbres para los mensajes de fondo. En cuanto a las formas, el 46% está en el arco entre el centro izquierda y el centro derecha y existe mayor bolsa de votos en la derecha que en la izquierda.

Falta por conocer el grado de conocimiento y de reconocimiento de los diversos líderes. En el de conocimiento, García-Page sale con ventaja. El candidato del PP, Francisco Núñez, recién elegido como presidente de los populares precisa de una campaña intensiva en medios y redes y en territorios para ampliar ese grado de conocimiento. Su apoyo para paliar el déficit lo tiene en la organización, en la presencia del PP en todos los pueblos y ciudades de la región. En su discurso de toma de posesión ya anticipó que la organización jugará un papel fundamental.

En Ciudadanos todavía no se ha elegido al candidato en primarias y se apuesta por el valor de marca, por Rivera y el color naranja. En Podemos, se quiere capitalizar todo el voto más a la izquierda, es un máximo de 17 puntos, y el de los desencantados con el funcionamiento del sistema. En 2015 obtuvo casi el 10% de los votos e Izquierda Unida el 3,1%.