En el capítulo de ingresos, el gobierno obtuvo 7.715 millones de euros en operaciones no financieras frente a los 8.502,5 de 2021, y otros 3.576 en operaciones de crédito. Estas últimas permitieron cubrir la totalidad de las operaciones de amortizaciones de préstamos, mientras que los ingresos no financieros dejaron un saldo presupuestario deficitario de 486 millones de euros.
La cifra mejora los propios estados iniciales ya que el gobierno sobre el papel partía con un déficit entre ingresos y gastos de financiación ordinaria de 1.018 millones de euros. Esta rebaja del déficit fue posible gracias fundamentalmente a la contención del gasto en las operaciones de capital (inversiones propias y ayudas a las inversiones privadas y de ayuntamientos)
Si inicialmente, el gobierno hizo unas previsiones de operaciones no financieras de gasto por valor de 9.034 millones de euros y de ingresos de 8.015, finalmente redujo los gastos en 831 millones de euros, tras anotar una caída de los ingresos estimados de 300 millones de euros. Con todo, el gobierno logró una ejecución de sus ingresos no financieros del 96,26%, mientras que en el caso de los gastos, el porcentaje se quedó en el 90,79%. A nivel global, el conjunto de las Comunidades Autónomas españolas presentaron grados de ejecución superiores a sus previsiones iniciales, con el 101,64% en el caso de los ingresos y de 100,63% en el caso de los gastos, reflejando una mayor adecuación entre lo previsto inicialmente y lo realizado a final de año.
En total, las Comunidades Autónomas gastaron en prestación de servicios públicos (operaciones no financieras) 196.850 millones de euros, 10.326 millones de euros más de lo que ingresaron.