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La semana en la que García-Page protagoniza la escena política y Podemos pasa a ser historia en CLM
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La semana en la que García-Page protagoniza la escena política y Podemos pasa a ser historia en CLM

  • Núñez cambia a García-Page por el socialismo como eje de su acción de oposición, que se coordinará en ayuntamientos, diputaciones y Cortes Regionales
  • El pacto bisagra de Ciudadanos en Castilla-La Mancha, una baza para la formación a nivel nacional

jueves 27 de junio de 2019, 23:08h
Podemos ya es partido extraparlamentario en Castilla-La Mancha y la próxima semana abandonará también el gobierno en el que tiene una Consejería y una Vicepresidencia. Inicia ahora el terreno de ganar lo que no supo o no pudo conservar desde el poder. La legislatura echa a andar y la semana que viene ya nadie se acordará de García Molina ni de María Díaz ni de Inmaculada Herranz. El día a día político es cruel y devora el ayer. La última información oficial será su rendición de cuentas. Ese ejercicio de transparencia y de participación en el que deberán informar a los ciudadanos a través del Diario Oficial de sus bienes, rentas y actividades. Algo que permitirá la comparación de cómo ha evolucionado su patrimonio y rentas durante el ejercicio de su actividad política.
De su legado queda ese Plan de Garantías que era un compendio o texto refundido de las medidas que año tras año habían llevado a cabo los diversos gobiernos del PSOE, con alguna nueva incorporación, con la que tratar dar un toque de diferencia y originalidad. Un texto, con unos recursos, contra los que es difícil que cualquiera pueda estar en desacuerdo. Y así las cosas, la importancia radicaba en su gestión, en pasar de la teoría a la práctica y hacerlo a un ritmo rápido, porque contra la exclusión y a favor de la integración, los tiempos cuentan, los días son tan implacables como preocupantes.

Desde clm21.es se hizo un seguimiento temporal de la ejecución de ese Plan bajo la responsabilidad de los miembros de Podemos en el gabinete. Y se comprobaba que estaba aquejado de la lentitud del caracol, que las ayudas urgentes estaban sin empezar a pagar cuando el año tocaba a su fin y quedaban sólo cuatro semanas para la Nochevieja. Había incapacidad para convertir los sueños en realidad. Y esa falta de capacidad, de saber hacer además de saber decir, es la que se esconde tras retroceso morado en Castilla-La Mancha. No han faltado aderezos, como los hombres que se creen dioses y que despegan los pies del suelo y desconectan de sus bases sociales. Es esa distancia marcada, esa posición dos escalones o más por encima, esa humildad e igualdad perdidas, esa creencia de supremacía, también pasan factura a una formación que fue muy beligerante contra la casta y a la que su llegada a las instituciones convirtió a algunos de sus representantes en casta. Esperemos que vuelvan a la tierra y que en su despedida no eludan esa declaración de bienes, rentas y actividades.

La semana tiene su foco de atención puesto no tanto en los que abandonan la escena, como en el protagonista. Los días 2 y 3, Emiliano García-Page presentará y debatirá su programa político de investidura y el día 6 tomará posesión. También empiezan la constitución de las diputaciones, todas con nombre socialista.

El presidente regional ha tomado el mando provincia por provincia y ha marcado los nombres, con bastante disgusto y malestar entre los que se quedaban fuera. Es algo que ocurre en todos los partidos llegados estos momentos. Núñez tiene claro que la labor de oposición del Partido Popular no es sólo a García-Page, que inicia su último mandato, sino fundamentalmente al Partido Socialista y quiere que toda la acción esté coordinada, desde los municipios al Parlamento regional, pasando por las corporaciones provinciales, aunque eso le valga algún desencuentro inicial en sus filas.

Ese perfil de oposición viene después de que Ciudadanos, en su debate nacional entre convertirse en oposición o bisagra, en Castilla-La Mancha haya optado por ser bisagra y lo haya hecho con un pacto con el PSOE. Un acuerdo que en estos momentos puede servir como una baza a nivel nacional, tras las dimisiones dentro de la ejecutiva nacional y las continuas acusaciones de que los naranjas se decantan más por el centro-derecha que por el centro-izquierda. Ciudadanos se presentó diciendo que no apoyaría a Sánchez y es consecuente con ese compromiso, a pesar de las presiones y, a pesar de que acierte o yerre con su decisión. También dijo estar dispuesto a llegar a acuerdos con otros sectores del socialismo español. Y lo ha hecho.

Lo demás sigue su curso entre bambalinas: los acuerdos domésticos sobre las asignaciones de recursos se están cerrando, lo que permitirá a los diferentes grupos y partidos ejercer sus labores y que la vida política e institucional empiece a funcionar a pleno rendimiento.
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