Las elecciones del domingo en cuatro detalles… y el éxito de la Policía

En campaña, las agendas y los itinerarios de todos los candidatos se marcan en función de las provincias donde hay mayor riesgo o posibilidad de un escaño y en las grandes circunscripciones. Los tiempos son limitados y no hay posibilidad de llegar a todos los sitios. Y no queda más remedio que priorizar; leer las encuestas y priorizar; hacer las rutas y priorizar. Máxime en esta ocasión, en la que la campaña oficial se ha reducido a una semana.

Y las encuestas, las buenas, las que de tiempo real que manejan los estados mayores de los partidos, vienen a decir que en la España vaciada, la rural, en la que el voto del PP se fugó, hay movimiento electoral. El 28 de abril el PSOE fue la fuerza más votada en 21 de las 26 provincias que componen la España vaciada y ganó 13 escaños respecto a las anteriores generales y sumó 42. Ciudadanos obtuvo en esas provincias 16 escaños y el PP fue el gran perdedor al dejarse 23 escaños, por la fuga de parte de su electorado a Ciudadanos y a Vox y quedarse con 26. Podemos se hundió. Y pasó de 15 a 4 escaños en esas provincias.

El segundo detalle es que los líderes de gobiernos regionales de distinto signo se han implicado poco en las campañas. Han participado, sí, pero no con la misma intensidad que en abril. En cambio, los jefes de la oposición en esas Comunidades han estado activos

El tercero de los detalles es el del absentismo en la fila de los partidos para formar parte como apoderados e interventores en las mesas electorales. Es algo que no ha merecido rincones informativos y ha pasado desapercibido. En algunas provincias hasta los grandes tienen problemas para cubrir todas las mesas. Es un hecho revelador, que viene a poner sobre la mesa que el cansancio electoral llega incluso a los más comprometidos, lo que proyecta la posibilidad de una gran abstención el domingo.

El cuarto detalle: Respecto al resto de la campaña, poco han hablado unos y otros sobre sus fórmulas para frenar la desaceleración, impulsar la economía y reactivar el dinamismo en la creación de empleo. Mucho Cataluña, que es muy importante, pero poca economía, que también lo es. España necesita 32.000 millones anuales para cubrir el déficit de las pensiones y recuperar los servicios públicos de sanidad y educación. Son las cifras que manejan las propias administraciones. Y el modelo actual se ha mostrado ineficaz para generar esos ingresos y los líderes no salen del debate de subir o bajar impuestos.

Y hablando de detalles y aunque no sea electoral, el que tuvo el director general de la Policía, el castellano-manchego Francisco Pardo, que consiguió organizar en Toledo el Congreso Internacional sobre la Igualdad de Género en el Ámbito de la Seguridad. Y, aún más, que la inauguración fuera presidida por el rey de España, Felipe VI, que recibió una prolongada ovación del auditorio.

La imagen de apoyo al jefe del Estado se producía tras su visita a otro palacio de congresos dos días antes, el de Barcelona, donde hizo entrega de los premios princesa de Girona, con altercados en las calles, y también con unas declaraciones en otro auditorio, el de Girona, a cargo de la segunda autoridad de Cataluña, el presidente de su Parlamento, que manifestaba “Los catalanes no tenemos rey”. Unas declaraciones que -otro detalle- tuvieron cumplida respuesta por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante su intervención en el Congreso de Toledo. Una intervención en la que el presidente expresó en voz alta el sentimiento de apoyo de los españoles a las Fuerzas de Seguridad del Estado por su labor en Cataluña, en defensa de las libertades de todos y criticó a los excluyentes.

Por lo demás, destaca el éxito de la organización del Congreso celebrado en Toledo y en la que ha jugado un buen papel la Jefatura Superior de Toledo, además del equipo del director general de la Policía.

Y puestos a los detalles, uno derivado del Congreso: los abogados de oficio que prestan asistencia a los detenidos tuvieron poco trabajo durante estos días. Que con mil policías en Toledo, los que viven al otro lado de la ley prefirieron mudar de sitio.