Ese incremento del presupuesto no financiero que será del 19,4% se produce en un escenario de caída de ingresos fiscales por valor de 313 millones de euros, que es compensada por unas mayores transferencias de fondos desde el Estado y desde la Unión Europea y por un incremento de la deuda pública del 1,1% del PIB, equivalente a unos 415 millones de euros. Ruiz Molina ha destacado que, a pesar de la merma de ingresos por impuestos y tasas, no se ha subido la presión fiscal. Precisamente por ello ha señalado que ese impedimento ya no existe para que el Partido Popular pueda llegar a un acuerdo.
El aumento de fondos es el mayor que jamás haya experimentado la Comunidad Autónoma de un año a otro sin que se produjera una variación de sus competencias. Es un presupuesto claramente expansivo en una situación excepcional, que el consejero ha tildado de “prudente e inversor” y que, según el titular de Hacienda pretende siete objetivos: “Fortalecer los servicios públicos fundamentales, impulsar la modernización de los sectores productivos, acelerar la transformación digital, avanzar en la lucha contra la despoblación, promover la sostenibilidad ambiental, recuperar la senda del crecimiento y del empleo y atender a los sectores más afectados por la crisis”.
Castilla-La Mancha ha sido la primera Comunidad Autónoma en presentar sus cuentas para el año que viene y hoy mismo han sido registradas en las Cortes de Castilla-la Mancha y entregadas por el consejero al presidente de la Cámara, Pablo Bellido, para que pueda iniciarse su tramitación y ser aprobadas antes de que finalice el año.
Por lo que se refiere a la distribución del gasto, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) concentra el 37,3% del dinero que gestionará el gobierno. En concreto serán 3.733,7 millones de euros, 330 millones más que en 2020, una subida que tiene su origen en la contratación de casi 7.000 profesionales sanitarios para hacer frente a la pandemia y por los gastos de suministros (equipos, farmacia y material hospitalario). El refuerzo del sistema sanitario queda reflejado también en un aumento de las partidas destinadas al tratamiento de pacientes por centros privados, en un diseño de circuito no covid destinado a tratar otras enfermedades y disminuir las listas de espera que han aumentado porque la pandemia ha obligado a suspender o aplazar las actuaciones programadas (operaciones, pruebas diagnósticas o consultas).
El otro gran pilar del Estado del Bienestar, el educativo sobrepasa por primera vez los 2.000 millones de presupuesto, tras incrementar en 224,5 millones las consignaciones de 2020
El tercer bloque destacable del proyecto del gobierno el que da respaldo presupuestario aLas políticas orientadas al crecimiento económico y la creación de empleo, se incrementa en casi 600 millones de euros.
Juan Alfonso Ruiz Molina ha destacado que el gobierno destina a este objetivo más de 1.700 millones de euros, casi 600 millones más que en 2020.
El consejero ha manifestado que “estas políticas presupuestarias irán encaminadas a acelerar la reactivación económica de la región e impulsar una profunda transformación de la estructura productiva, con el fortalecimiento y modernización del tejido productivo, la apuesta por la innovación tecnológica y el desarrollo de la sociedad de la información, el refuerzo de las infraestructuras básicas y el impulso a la sostenibilidad ambiental”.
Si nos atenemos a la naturaleza del gasto, la principal novedad del presupuesto es el impulso que se da a las políticas encaminadas a la formación de capital, tanto a través de la inversión propia de la Junta de Comunidades como a los estímulos a la inversión de empresas e instituciones. El total de las operaciones destinadas a la inversión suman 1.423 millones de euros, son 764,5 millones más (116,1%) que en 2020. Son las partidas que más crecen y que refuerzan y fortalecen la estructura económica de Castilla-La Mancha que durante más de una década ha padecido una infradotación presupuestaria.
Con todo, las grandes bolsas del gasto se la llevan las nóminas de personal, con 3.733,7 millones, las subvenciones con 2.771,7 millones y la compra de bienes corrientes para garantizar la prestación de los servicios públicos, con 1.554,8 millones.
El capítulo de personal crece un 9,7% impulsado por los refuerzos de plantilla de personal sanitario y educativo e incluye también la subida salarial de los empleados públicos del 0,9% y que tiene un impacto en las cuentas públicas que supera los 31 millones de euros.
En cuanto a los suministros de bienes y servicios, aumenta en 269 millones y, en palabras del propio consejero, con un peso importante de los suministros sanitarios para la lucha contra la pandemia
Finalmente, y por lo que respecta al presupuesto no financiero, este asciende a 2.435,3 millones de euros, lo que sumado a los 9.667,1 millones de los gastos para políticas de actuación dejan el presupuesto total de la Comunidad Autónoma en 12.102,4 millones de euros, un 15,2% superior al de 2020 y un 47,5% más elevado al que se encontró el gobierno de García-Page en 2015 cuando accedió al poder. Si nos fijamos sólo en el presupuesto no financiero, sobre el que el gobierno tiene capacidad de decidir para financiar los servicios públicos la diferencia de 2021 sobre 2015 es de 3.419 millones de euros más, un 54,7%.
Una de las peculiaridades del presupuesto para 2021 es la inclusión de proyectos con cargo al programa Europeo de Recuperación Económica, los fondos REACT-UE. Castilla-La Mancha gestionará 392 millones de euros, de los que 155,2 sufragarán actuaciones en materia sanitaria, 95 millones programas de empresas y empleo, 85,2 millones educación y 56,6 servicios sociales
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