Cuando se pregunta a las empresas por los factores que están condicionando su actividad, los resultados son muy similares a los del trimestre pasado, de forma que la elevada incertidumbre, tanto sobre la evolución de la pandemia como sobre la política económica, y la disminución de su demanda son mencionadas como los factores con mayor impacto negativo sobre la facturación.
En cuanto a las perspectivas de corto plazo, cabe destacar que las empresas encuestadas anticipan una mejora para el segundo trimestre; el indicador cuantitativo muestra un valor ligeramente positivo, como consecuencia de que, por primera vez desde finales de 2020, las sociedades que esperan una mejora de su facturación (32,6%) superan a las que prevén un deterioro adicional (23,2%).
Por ramas, la percepción más desfavorable de la evolución en este trimestre se concentra en los servicios más afectados por las restricciones, como la hostelería y el ocio y entretenimiento. De cara al segundo trimestre, la mejora de las expectativas es bastante generalizada por ramas, haciéndose extensiva de manera muy significativa a las que han presentado una evolución reciente más desfavorable.
En términos del empleo, las empresas encuestadas describen un panorama similar, con un primer trimestre algo más negativo de lo que declaraban estar esperando a finales del año pasado y con una mejora para el segundo trimestre.
Cuando las empresas indicaban que el comportamiento de la facturación estaba siendo más desfavorable que el del empleo, la intensidad de las expectativas de mejora de esta última variable es, en la encuesta actual, menor que en el caso de la facturación, lo que estaría reflejando, como cabría esperar, que las empresas tienden a trasladar de forma incompleta las fluctuaciones de sus ventas a su demanda de empleo.