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El escenario político actual

El escenario político actual

lunes 25 de julio de 2022, 10:01h

En ocasiones los síntomas son tan claros que no hacen falta encuestas sobre intención de voto. Ni de 1.000 ni de 3.000 entrevistas. Basta fijarse en la situación y evolución de los tres elementos que determinan en buena medida el resultado electoral. El primero, la organización. El segundo, el liderazgo. El tercero, el entorno y el poder de persuasión.

La semana pasada quedó patente la división en la izquierda. La disputa en el espacio más allá del PSOE, que tuvo su primer capítulo reciente en las elecciones de Andalucía, continúa. La máxima dirigente de Podemos, Ione Belarra, cesó a su viceministro Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista, formación clave en Izquierda Unida, integrada en Unidas Podemos. Santiago es el principal peso pesado que apoya la refundación de ese espacio político que pretende liderar la vicepresidenta Yolanda Díaz, desplazando a Podemos y sus dirigentes. Yolanda Díaz dice que su proyecto “Sumar” no estará listo hasta pasada la primavera que viene.

En el PSOE se llevó a cabo un comité electoral para intentar cerrar las dificultades que vive la marca a nivel nacional. Todos los grandes medios han escrito sobre la cuestión. El presidente busca la conexión gobierno-partido y situar al PSOE en modo electoral. Leyendo los grandes medios, se aprecian una serie de cuestiones de la cita: Faltaron algunos barones (Valencia y Aragón) despegados de la política que sigue el presidente Sánchez. La nueva dirección socialista se nutre fundamentalmente de miembros del gobierno, que lo son por nombramiento directo del presidente. Los cambios se dieron hechos al comité que los debía votar. Las críticas del socialista Odón Elorza no impidieron que el día del acto, los nuevos cargos estuvieran ya sentados en la dirección antes de que se produjera su votación por el comité federal, el máximo órgano entre congresos del PSOE. Su aprobación, luego, fue por asentimiento. Algunas de las nuevas incorporaciones levantan recelos en algunos territorios, que próximamente deben decidir sus candidatos autonómicos. El presidente habló con los barones en las vísperas para sondear, calmar y evitar sorpresas.

En la derecha, el PP que vivió una importante crisis con el enfrentamiento Casado-Ayuso ha cerrado el problema y la designación de Feijóo ha cerrado los conflictos internos, lo que no sólo ha permitido al PP recuperar lo perdido, sino subir aún más.

La corrección de los problemas de organización y el nuevo liderazgo de Feijóo, suman apoyos al PP. A decir del CIS, Feijóo ya es más valorado por los españoles que Pedro Sánchez y, lo que es más importante, causa menos rechazo que su adversario.

En cuanto al entorno, lo apuntan bien algún otro medio, que pone el foco en el hecho de que las dificultades actuales se están llevando por delante a algunos líderes europeos, como ha sucedido en el Reino Unido o en Italia recientemente. El escenario económico y su repercusión en las familias y el tejido productivo (inflación y freno del crecimiento) se empieza a notar y pasa factura. Las previsiones en que la situación se deteriore aún más en el otoño. Las perspectivas económicas, a juicio del consenso de los analistas nacionales e internacionales, van a ir a peor, lo que dificulta la capacidad de mensaje y de persuasión. El PP vende solvencia frente al caos. El PSOE, recuerda la salida de la anterior crisis. Sánchez disputa los votos a Yolanda Díaz.

El presidente quiere meter una marcha más a su formación para afrontar la campaña para la reelección. Y lo hace con dos mensajes: ecología-cambio climático y enfrentamiento con los poderosos-apoyo a los más necesitados. Si la economía le respeta (inflación, Euribor, crecimiento…), si la batalla con el sector financiero y el energético no le trae sorpresas inesperadas, si ahora sí los nuevos cambios que se producen apenas nueve meses después de los últimos y cuentan con un “dejar hacer” de los barones, si retoma perfil… Puede equilibrar algo y recuperar terreno perdido. Todo está en condicional.

En la primavera hay elecciones autonómicas. Y ahí las marcas son las mismas, con algunas variaciones en los perfiles, las organizaciones están más apegadas al terreno, lo que hace que la cohesión sea diferente de la que se da a nivel nacional, tanto en el PSOE como en el PP, y los liderazgos son otros. Los dos grandes tratarán de cabalgar las olas nacionales, ya sean estas de subida o de bajada. La izquierda no quiere un superdomingo en mayo del año que viene en el que coincidan locales, autonómicas y nacionales. La derecha, en cambio, estaría encantada. Esas posiciones son significativas: Indican que unas marcas suman y las otras restan. Es algo que se ha vivido ya en otras ocasiones, sin ir más lejos en la campaña reciente de Juan Manuel Moreno en Andalucía.

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