La contracción del mercado se aprecia en el notable descenso de la demanda de vivienda, tanto en lo que se refiere a la compra como al alquiler. En este desplome han incidido varios factores de gran magnitud que afectan de una forma más o menos directa al mercado de la vivienda. Así, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el fuerte incremento de la inflación o la subida de los tipos de interés, con el euríbor acelerado, han confluido para crear una situación de notorio retroceso en el mercado inmobiliario.
“Las subidas de los tipos de interés repercuten —al trasladarse al euríbor— en un incremento de las cuotas de las hipotecas y, como resultado de esto, se rebaja notablemente el número de compraventas de viviendas, debido a que los ciudadanos ven mermada su capacidad para financiarse. Además, esa subida de los tipos provoca una creciente incertidumbre acerca de cómo evolucionará a corto o medio plazo el mercado inmobiliario, por lo que algunos compradores aplazan o, directamente abandonan, su intención de adquirir una vivienda. En el alquiler, la crisis de precios también hace que se rebaje la demanda, al expulsar del mercado a las rentas más bajas”, explica María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.
En la comparación con respecto a la anterior ola de encuestas de Fotocasa Research (agosto 2022) se ve que el mercado está cambiando a gran velocidad. Así, en este 2023 se muestra un descenso más acusado en la demanda de alquiler que en la de compraventa. Esto se comprueba claramente cuando se toma al conjunto de demandantes y se observa cómo se reparten entre ambos mercados.
Así, los datos indican que en febrero de 2023 vuelve a predominar la búsqueda de vivienda en propiedad (47%) frente a la de alquiler (43%), invirtiendo los resultados que se registraban en agosto. Los que han buscado en ambos mercados son ahora el 10% del total (exactamente igual que en agosto de 2022).
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