La actuación policial se inició cuando los agentes comprobaron que se habían difundido en redes sociales varias secuencias violentas en las que un menor golpeaba brutalmente a otro, según ha informado la Policía en nota de prensa.
Aunque no constaba denuncia de la víctima ni de su entorno, por temor a posibles represalias, se logró averiguar su identidad, así como las del agresor directo y los otros cuatro menores que apoyaron, grabaron y difundieron estos hechos. Además, la investigación ha permitido esclarecer otra agresión similar que se había producido en el mismo ámbito educativo.
Estos graves hechos se han puesto en conocimiento de los centros educativos implicados, los cuales desconocían que se estuvieran produciendo estas conductas, evitando también que se produzcan secuelas más graves en los menores agredidos, no sólo de carácter físico, si no también psicológico o de exclusión social.
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