En este sentido, Velázquez ha avanzado nuevas actuaciones que se van a desarrollar dentro del Plan de Vertidos Cero. En concreto, se sigue trabajando en la eliminación del vertido en el Campus de la Fábrica de Armas de la Universidad de Castilla-La Mancha, y hasta que haya una autorización definitiva para su clausura por parte de la Confederación Hidrográfica del tajo, la solución, ha señalado el alcalde, “pasa por la instalación de un sistema de depuración, reutilizando las aguas, una vez depuradas, para el riego de las zonas verdes”.
Otro de los puntos críticos de vertido en el que se está trabajando es en la depuradora pública de las aguas residuales de la EDAR de Santa María de Benquerencia, que permitirá “un uso mucho más eficiente y sostenible, pero, fundamentalmente, evitar de una vez por todas los vertidos contaminantes”.
Un tercer proyecto que se va a poner en marcha es el de revisión de puntos de desbordamiento al río de la red de saneamiento “para evitar que vuelvan a producirse episodios como el provocado por las toallitas, colocando un sistema de mallas en los colectores”. Unos trabajos que se están desarrollando con la empresa TAGUS, concesionaria del servicio de agua en la ciudad.
Además, ha recordado Carlos Velázquez, se acaba de sacar a licitación el contrato para el uso y explotación de espacio público para una terraza de La Peraleda. Una licitación que incluye dentro de los requisitos un proyecto de insonorización para reducir los decibelios y evitar molestias a los vecinos, pero, también exige a los adjudicatarios la instalación de aseos químicos, tras comprobar que los cuartos de baño que están instalados allí, vierten directamente al río Tajo.
Puntos de vertido contaminantes ya eliminados
Nuevas actuaciones que se suman a las ya ejecutadas desde que comenzó la legislatura y que también ha recordado el alcalde. El primero de ellos fue el de La Peraleda, un vertido directo al río Tajo desde el recinto ferial que se clausuró el pasado mes de agisto.
El segundo fue el del arroyo del Aserradero, un edificio de viviendas en la Avenida de Madrid que no estaba conectado al colector principal de la red de saneamiento municipal y que se solucionó gracias a una obra de bombeo a la red general que acometió la empresa TAGUS.
Y el último que se clausuró fue el del arroyo de la Cañada, más conocido como el vertido de los Cigarrales, con la finalización de las obras de conexión de las aguas residuales de la zona a través de un bombeo que ha evitado que las aguas contaminantes viertan al río y vayan al colector general y de ahí a la depuradora.
Por último, el alcalde ha recalcado que esta convocatoria del Pacto de Toledo por el Tajo, abre una nueva etapa en materia hídrica en la ciudad, “una mesa de trabajo que queremos que sea lo más participativa posible con el objetivo claro de acabar con los 26 puntos de vertido irregulares y sin autorización detectados por la Cátedra del Tajo UCLM”.