Según informa la Policía, la investigación tiene su inicio en diciembre de 2023 cuando el grupo de estupefacientes de la Comisaría Provincial de Albacete recibió varias informaciones sobre la posible presencia en esta capital manchega de un grupo de personas de origen báltico que habrían llegado a la ciudad para llevar a cabo la actividad ilícita de cultivo de marihuana en el interior de viviendas.
Tan pronto se tuvo noticia de estos hechos, los investigadores de la Policía Nacional comenzaron a realizar las primeras indagaciones para así identificar a estas personas y corroborar las informaciones recibidas sobre su presunta implicación en un delito contra la salud pública.
El primer hecho que llamó la atención de los agentes es que un matrimonio de origen lituano y procedentes del municipio alicantino de Calpe, habían arrendado una vivienda de lujo en una urbanización ubicada en las afueras de la localidad.
Su llegada a Albacete no tenía ninguna lógica ni razón aparente, ya que no desempeñaban actividad laboral en esta localidad y tampoco tenían ningún tipo de arraigo en la ciudad castellano-manchega.
Con las vigilancias y seguimientos realizados se pudo comprobar que este matrimonio no residía de forma habitual en Albacete sino que residían en Calpe, desde donde se desplazaban a Albacete de forma periódica para pasar breves periodos de tiempo en el interior de la vivienda alquilada.
ORGANIZACION CRIMINAL
Los primeros indicios recabados orientaban a que estas personas eran en realidad integrantes de una organización criminal de origen lituano que habían llegado a la ciudad para cultivar marihuana.
Así las cosas, el pasado día 20 de febrero se detectó que habían llegado a Albacete varios miembros más de esta misma organización con la finalidad de recolectar y transportar una cantidad importante de marihuana, cultivada en el interior de la vivienda de lujo arrendada.
Por este motivo, se procedió a realizar un registro en la vivienda, en la que los agentes sorprendieron 'in situ' a siete personas llevando a cabo labores de recolección y secado de sustancia estupefaciente, por lo que fueron detenidos.
Un cultivo ilegal que les permitía recolectar cosechas cada 90 días Se descubrió así que la organización criminal estaba utilizando toda la planta del sótano de la vivienda para llevar a cabo el cultivo ilícito de marihuana, contando con un sofisticado centro de producción que estaba dotado de las últimas tecnologías para optimizar el crecimiento y la calidad de la sustancia estupefaciente cultivada.
La plantación estaba sectorizada en varias zonas: una primera zona en un sótano independiente donde se cultivaban los esquejes de marihuana hasta que estos se convertían en plantas.
Después, estas plantas eran trasladadas a otra dependencia más grande donde crecían hasta desarrollar las 'inflorescencias', es decir, los llamados cogollos de marihuana.
De esta forma, aumentaban la productividad de la plantación logrando recolectar hasta una cosecha cada 90 días.
Existía también una tercera zona, diferenciada de las anteriores, donde se llevaban a cabo labores de limpieza y secado de los cogollos de marihuana.
Por último, la sustancia era envasada al vacío para poder transportarla de manera más cómoda y discreta a bordo de vehículos.
EFECTOS INTERVENIDOS
En total, con esta actuación policial se han intervenido 81 kilogramos de cogollos de marihuana en proceso de secado, 331 plantas de marihuana, 3.500 euros en efectivo y todo tipo de efectos e instrumentos utilizados para llevar a cabo el cultivo de esta sustancia.
En la investigación, detenciones y registros han participado agentes de la Policía Nacional adscritos a los Grupos de Estupefacientes de Albacete y Alicante, así como de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Albacete.