El Gobierno de Castilla-La Mancha, en acuerdo con Podemos, mantendrá casi en su totalidad en 2016, partida por partida, los pagos a la sanidad privada que tenía el Gobierno del Partido Popular en 2015. El PSOE y Podemos criticaron duramente la privatización sanitaria y se comprometieron con la defensa y la recuperación de la sanidad pública de calidad.
La pista de que el gobierno ocultaba algo la dio el vicepresidente del gabinete, Martínez Guijarro, cuando en la rueda de prensa de presentación de los Presupuestos para 2016 celebrada en el Palacio de Fuensalida, informó de que existe un compromiso de reducción de casi un 8% del presupuesto que se destina a la sanidad concertada con respecto al gasto efectuado en 2014. Evitaba comparar 2016 con 2015 y se fijó en el ejercicio 2014, año en el que el gabinete del partido conservador aprobó un plan de choque extraordinario para reducir las listas de esperas. La afirmación de Martínez Guijarro se producía delante del presidente García-Page y del secretario general de Podemos, García Molina
Y es que Podemos estaba al tanto de la operación, como queda patente en la literalidad del acuerdo firmado con el Gobierno para aprobar los presupuestos y que fue presentado ese mismo día a los medios.
El programa presupuestario que recoge la derivación de la sanidad pública a la sanidad privada, tanto en el gobierno de Cospedal como en el de García Page es el 412D “Atención integrada de la salud”. El capítulo 25 del programa aglutina desglosados los diferentes importes que se destinan al pago a empresas sanitarias privadas bajo el epígrafe denominado “atención sanitaria con medios ajenos”.
Al igual que el ejecutivo del PP, el Gobierno socialista apoyado por Podemos presupuesta 123 millones para pagos a la sanidad privada
Existen siete grandes líneas de pago de Castilla-La Mancha a la sanidad privada: procedimientos de hospitalización, procedimientos quirúrgicos, conciertos con instituciones de atención especializada, conciertos por programas especiales de hemodiálisis, conciertos con centros de diagnósticos, tratamientos y terapias, concierto por programa especial de transporte, concierto con instituciones de la administración financiera de la Seguridad Social y, por último, servicios concertados para colaboración
Castilla-La Mancha destinará este año en ese concepto de “atención sanitaria con medios ajenos” casi 123 millones de euros. En 2015 el presupuesto era de 123,30 millones de euros. En el desglose comparado, se constata cómo tanto el gobierno conservador como el gobierno del PSOE, con el apoyo de Podemos, consignan las mimas cantidades para pagos en cuatro de las siete líneas de servicios concertados y las partidas de las otras tres varían muy ligeramente.
El mimetismo 2015 y 2016 se produce en los pagos por “procedimientos quirúrgicos”, 12,57 millones de euros, “procedimientos especiales de hemodiálisis”, 13,23 millones de euros, “conciertos con centros de diagnósticos, tratamientos y terapias” (en concreto de afecciones respiratorias), con 14,47 millones de euros y “los programas especiales de transporte”, 5,91 millones de euros.
Los conciertos de atención especializada están dotados con 3,7 millones de euros, tan sólo cinco mil euros menos que en 2015. Los conciertos con instituciones de la administración financiera de la Seguridad Social en los que se engloba el transporte sanitario terrestre y el aéreo, que ascienden a 68,89 millones de euros, se reducen en conjunto en 46.300 euros (0,07%).
La mayor reducción se produce en los pagos por hospitalización en centros privados, que pasa de 2,17 millones de euros a 1,99 millones de euros y en los servicios concertados para colaboración que pasa de 2,31 millones de euros a 2,20 millones de euros.
Llama la atención el hecho de que el 11,76 % del presupuesto para la sanidad privada esté dedicado a una única actividad, “terapias respiratorias”. El Gobierno no ha determinado con qué empresa se lleva a cabo esa actividad. Para darnos importancia de la magnitud de esa cifra, basta contrastarla con las partidas dedicadas a hospitalizaciones, no llega a 2 millones de euros, cirugía cardiaca (7,78 millones de euros), resonancias magnéticas (2,49 millones), medicina nuclear (592.000 euros) o radioterapia (4,87 millones).