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La UCLM concluye la tercera campaña arqueológica de conservación de los muros del castillo de Santa María del Guadiana
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La UCLM concluye la tercera campaña arqueológica de conservación de los muros del castillo de Santa María del Guadiana

lunes 08 de junio de 2020, 11:49h
La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha concluido la tercera campaña arqueológica en el castillo de Santa María del Guadiana en el municipio de Argamasilla de Alba (Ciudad Real), una fortificación cristiana construida por la Orden Militar de San Juan de Jerusalén a principios del siglo XIII y que estuvo en uso hasta finales del XV.
La campaña, financiada por el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba, es resultado de un contrato de investigación con éste para la documentación, conservación y restauración de los restos del castillo. Su tercera edición se inició a principios del mes de marzo y tuvo que suspenderse a raíz del confinamiento decretado por la alerta sanitaria de la COVID-19. Retomada la actividad, que ha durado un mes, en esta edición los historiadores se han centrado en los trabajos de conservación y consolidación de los muros del castillo y han concluido la misma con la instalación de un panel informativo que resume la historia de la fortificación y los hallazgos arqueológicos de esta desconocida fortaleza de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén.

La dirección de las tareas de la campaña arqueológica ha corrido a cargo del profesor de Historia Medieval de la UCLM Jesús Molero y en la misma han participado los investigadores Cristina Peña, Jaime García-Carpintero y David Gallego, todos ellos especializados en la historia y arqueología de las órdenes militares.

El castillo de Santa María del Guadiana en Argamasilla de Alba estaba destinado a garantizar los derechos de la Orden Militar de San Juan en el Alto Guadiana y la explotación económica de la amplia dehesa que se extendía a su alrededor. La primera y segunda campaña arqueológica en el castillo se llevaron a cabo en los años 2016 y 2017, respectivamente, y estuvieron centradas en los trabajos de excavación; mientras que la tercera ha girado en torno a consolidar las estructuras exhumadas y adecentar el yacimiento. “Es un castillo del que se desconocía prácticamente todo hasta nuestra intervención y hemos podido documentar la planta del edificio y materiales arqueológicos diversos, como cerámica medieval cristiana, vidrio, hueso trabajado y una moneda de Alfonso VIII”, explica el profesor Molero.
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