A partir de esas variables, el INE elabora el Índice de Confianza Empresarial Armonizado. Y ese índice se sitúa en el 106,7 tomando como base 100 el primer trimestre de 2013. El índice, es decir la confianza de los empresarios castellano-manchegos mejora un 3,6%.
Sin embargo, la confianza de los gestores de negocios se mueve en los niveles más pesimistas desde 2013. Baste señalar que respecto al mismo periodo del año pasado la confianza del empresariado regional ha caído un 32,2%.
A pesar de esa evolución se mantiene una de las constantes históricas y es que el empresariado castellano-manchego se encuentra entre los más optimistas del país. De hecho, son de toda España los que mejor ven el negocio a tres meses vistas. Junto a los cántabros (104,6), los asturianos (102) y los castellano-leoneses (100,6), son los únicos que tienen un nivel por encima del que había en la anterior crisis, en 2013. En el resto de las regiones, son más derrotistas, especialmente en la turística Baleares y en las industriales País Vasco, Madrid y Navarra.
Por sectores, el de transporte y hostelería es el que refleja un mayor pesimismo de los empresarios, seguido del industrial y por el resto de los servicios. Esos tres grandes bloques son aún más pesimistas que a finales de marzo. En cambio, mejora la visión de la construcción y del comercio.
Por tamaño de las empresas, el optimismo es mayor cuanto más reducida es la compañía. Los más optimistas son los empresarios con negocios de menos de 10 trabajadores, que son junto a los que tienen hasta 50 los que mejoran su estado de opinión respecto al trimestre anterior. Sin embargo, a partir de ahí, se produce una caída que es especialmente importante entre las compañías españolas con más de 1.000 trabajadores