En Albacete la caída de la facturación de mayo en términos anuales cayó casi a la mitad (-46,2%) y se situó en 61,4 millones. En Guadalajara la pérdida de negocio de las manufacturas de consumo (-64,1%) y de su principal industria, la de bienes de equipo (-6,6%) provocó un deterioro de los ingresos internacionales del 39,5% hasta quedar en 101,9 millones. Las compañías agroalimentarias de Ciudad Real, donde predomina el subsector vitivinícola que acusa caída de precios, también resintieron sus ingresos (-31,7%). Un buen comportamiento de los fabricantes de bienes de equipo logró compensar en parte la caída general, que fue del -13,6%, lo que dejó los ingresos en 140,1 millones. En Toledo la facturación exterior fue de 135,2 millones de euros, un 15,1% por debajo del mismo mes de 2019. En el conjunto de España las ventas en mayo fueron por valor de 17.514,8 millones de euros, un -34,4% anual.
El deterioro del comercio internacional deja las ventas de las empresas castellano-manchegas acumuladas en los cinco primeros meses de 2020 en 2.710,7 millones de euros, 309 millones menos (-10,2%) que en el mismo periodo de 2019, año en el que crecían a un ritmo del 2%. El porcentaje de la contracción del negocio de Castilla-La Mancha con otros países es inferior al que se anota el conjunto de España, donde las caídas son del 17,2%, arrastradas por Cataluña, Valencia, Madrid y País Vasco.
En los cinco primeros meses del año el sector agroalimentario castellano-manchego todavía presenta un pulso positivo, con un crecimiento acumulado del 0,2%, algo que contrasta con el comportamiento del mismo periodo del año pasado, donde se produjo una contracción del 2,5%.
Es el sector químico (-20,3%) y el de bienes de equipo (-5,5%), que son respectivamente el tercero y el segundo en la facturación internacional de nuestra Comunidad los que presentan peor evolución.
Las importaciones también se anotan un retroceso anual acumulado, del -1,3%, bastante inferior al de las exportaciones. Eso hace empeorar nuestra balanza comercial que es deficitaria en 831,7 millones de euros, un 45,6%, que es la cuantía de diferencia entre el dinero que pagaron y el que ingresaron las compañías castellano-manchegas por su actividad en el exterior.
Ese mayor deterioro se suma a la caída de la inversión internacional y a la del mercado de servicios.