“La producción de espumas en el río Tajo se ha debido al aumento brusco del caudal del mismo por las últimas y abundantes lluvias de los días 12 y 13, que han ocasionado un arrastre de materias depositadas en la propia cuenca fluvial que junto a la no turbinación de la subestación eléctrica de Safont y el paso del agua por los saltos habituales del río, han provocado una fuerza no habitual de la corriente y el batimiento de las aguas, que con la ayuda de la bajada de la temperatura de esta ha proliferado la formación de las citadas espumas”.
A esta conclusión llega el informe del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil, que desde el primer momento en que se tuvo conocimiento de la existencia de las espumas abrió una investigación en la que intervinieron agentes del SEPRONA y guardas fluviales de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Los agentes también se entrevistaron con técnicos del ayuntamiento de Toledo y todos coincidieron en que el aumento de caudal y la bajada de temperaturas provocaron la espuma.
Este informe viene a cuestionar la rotundidez de la información facilitada desde el Gobierno regional de que las espumas se originaron en el río Jarama antes de confluir con el Tajo, basada en un informe de la Agencia Regional del Agua dependiente de la Consejería de Fomento.
Uno de los datos, reflejados en el informe del Servicio de Protección de la Naturaleza de la guardia civil es determinante. “Ante la existencia de una Red de muestreo permanente de la red del Sistema Automático de Información de Calidad de las Aguas (Red SAICA) en el tramo de Safont y ubicada a una distancia de 500 metros aguas arriba de la zona donde se empieza a observar la concentración de la espuma, el Guarda Fluvial indica que no tiene conocimiento de que existan parámetros de contaminación a destacar aportados por dicha estación…”
El informe elaborado por la Guardia Civil es muy meticuloso y recoge una serie de datos previos a la elaboración de las conclusiones, desde las inspecciones realizadas, hasta las entrevistas mantenidas. Entre estos datos destacan: Uno, la espuma se produce a partir de los saltos del puente de Alcántara. Dos, la subestación eléctrica de Safont no estaba en funcionamiento. Tres, el único vertido que se observa es el de aguas fecales del arroyo del Aserradero, de las que toman muestras para su análisis. Cuatro, que el caudal ha pasado de 20 metros cúbicos por segundo en los días previos a 44 los días de lluvia. Cinco, que los datos de la subestación de medición de calidad de las aguas. Sexto, que la estación de muestreo de calidad del agua contigua a la zona donde aparecieron las espumas no arroja datos destacabales.
El SEPRONA, no obstante, no descarta que además del aumento de caudal y de la bajada de temperaturas haya podido contribuir un vertido urbano, por lo que mantiene abierta la investigación.
Por su parte, el informe de la Agencia Regional del Agua también contempla el aumento de caudal como un elemento determinante. Para la Agencia, existen mayores niveles de amonio y fosfato en el río a su paso por Toledo que a su paso por Aranjuez.
Si (
No(
