El gobierno de Castilla-La Mancha se muestra reacio a financiar el proyecto universitario regional y a hacerlo sostenible, y ha comunicado al rector, Miguel Ángel Collado, que el ejecutivo sólo incrementará el 5 por ciento la subvención nominativa a la UCLM para 2017 y la dejará en 132 millones de euros. Esta postura rompe todos los escenarios previstos y pone a la UCLM al borde del abismo financiero y hace inviable el actual modelo de cuatro campus y seis sedes universitarias, algo de lo que el gobierno es consciente, porque se lo ha explicado el equipo negociador de la Academia.
De hecho, fuentes universitarias han señalado que la próxima semana se dará traslado a los órganos de gobierno de la Universidad de la decisión del ejecutivo y “se adoptarán a todos los niveles las medidas drásticas a las que empuja el ejecutivo”. Aunque estas fuentes no han querido entrar en la cuestión, la decisión del Gobierno de García-Page va a repercutir negativamente en las sedes de Almadén y Talavera. Estas fuentes si han confirmado, no obstante, la paralización del programa de inversiones, los recortes en los gastos de funcionamiento y que se tendrá que prescindir de personal. “Habrá que ajustar la Universidad a lo que el Gobierno quiere que sea la Universidad”.
La UCLM cifra las necesidades mínimas en 140 millones, cantidad que han respaldado los grupos políticos de la oposición. “La situación es muy complicada. Se lo hemos explicado al gobierno durante los últimos meses. Pero no se ha tenido en cuenta y los efectos pueden ser dramáticos. La Universidad ha venido funcionando con la subvención nominativa y con los remanentes, que nos han permitido cubrir la deficiente financiación. Pero ya no hay remanentes, no hay ahorro. Lo hemos estirado hasta donde hemos podido, pero todo se acaba. Y eso, o se sustituye con subvención nominativa, o hay que adoptar medidas dramáticas. El Gobierno lo sabe porque le hemos comunicado las consecuencias que va a tener su decisión. Cada uno que asuma su responsabilidad”, afirman las fuentes del rectorado consultadas por clm21.es.
La subvención nominativa de 2016 fue de 125,72 millones de euros. Los gastos de personal y funcionamiento ordinario ascienden a casi 200 millones de euros. La propuesta del equipo de García-Page supone un incremento de 6,29 millones de euros. Esta cuantía es insuficiente para cubrir los gastos de personal de estructura, que ya en 2016 es de 134,09 millones de euros, cifra que debe ser actualizada con el incremento de las retribuciones a los empleados públicos para 2017. En 2015 la subvención fue de 120 millones, que la Universidad complementó con otros 16 que tenía de ahorro.
Tras los recortes en Sanidad, el Gobierno de García-Page le mete la tijera a la educación
Esta insuficiencia financiera por parte del Gobierno contradice las buenas palabras expresadas tanto por el presidente de la Comunidad como por su consejero de Educación. Emiliano García-Page, en su discurso del Día de la Región, selló de palabra su compromiso con la UCLM: ”Le debemos mucho a esta decisión de tener Universidad, porque fabricar talento y retenerlo es probablemente lo más importante a lo que podemos dedicarnos los responsables públicos en el momento presente”. Sin embargo, el gobierno no estaba dispuesto a pagar el precio que cuesta esa tarea de fabricar y retener el talento. El rector inició entonces encuentros con los grupos políticos para buscar su apoyo y para informarles de “la falta de garantías sobre la viabilidad y el futuro del proyecto”. Tanto el Partido Popular como Podemos dieron su respaldo al rector y se comprometieron a apoyar la financiación de 140 millones en 2017.
Esta situación generó un gran malestar en el ejecutivo, cuyo portavoz puso a la Universidad en la diana: “es importante conocer, y así se le ha trasladado a la Universidad, por qué con Cospedal firmaron 120 millones y estaban satisfechos y ahora, de repente, les es imposible sobrevivir sin 140 millones”, dijo Nacho Hernando.
Se había producido el choque de trenes. El consejero de Educación, Ángel Felpeto, tuvo que tratar de rebajar la tensión. El fuego se había extendido y había generado gran malestar en Podemos, los todavía socios del Gobierno, que daban lo que sería el último aviso a los socialistas antes de la ruptura. Era el 22 de septiembre, cuatro días antes de la ruptura del Pacto de investidura. De poco sirvieron las palabras conciliadoras de Felpeto: “el propósito del actual Gobierno de Castilla-La Mancha -dijo en un debate parlamentario- es mejorar cualitativamente nuestra Universidad y hacerla crecer cuantitativamente… Nos vamos a apoyar en la UCLM para diseñar nuestra conquista del futuro, nuestro proyecto de región”.
A tenor de las cifras que ha ofrecido el gobierno, 132 millones de euros, ese diseño para conquistar el futuro y el proyecto de región, nace muy deficitario. El Gobierno empieza a mostrarse incapaz de sacar adelante su proyecto de mejora de servicios sanitarios y educativos. Tras los recortes en el SESCAM, ahora le toca a la educación universitaria.
La UCLM ha agotado los fondos de reserva que le permitían compensar la infradotación económica por parte del gobierno
Atrás ha quedado el plan estratégico que el gobierno pidió y la Universidad presentó sobre el modelo a cuatro años. Atrás han quedado también los diferentes escenarios propuestos por la Academia. El rector ha manifestado su preocupación porque “la propuesta del gobierno esta muy lejana de las necesidades de la Universidad, algo que nos preocupa por lo que pueda suponer para el futuro de la institución académica”
Igualmente, Miguel Ángel Collado ha indicado que tampoco se ha podido hablar de futuro con el Gobierno regional “lo cual nos preocupa, porque hay que planificar si queremos avanzar como universidad, y eso conlleva una planificación, que es necesario diseñarla en función de cuáles son las perspectivas que nos plantea el gobierno”.
Ambas instituciones mantienen desde hace meses un turno de conversaciones con el objetivo de negociar la situación de la Universidad de Castilla-La Mancha de cara al presente actual y al futuro próximo. Conversaciones que se remontan a julio de 2015 y en las que se han puesto sobre la mesa temas fundamentales para la institución académica como su financiación, el desarrollo de un contrato-programa, la investigación o las infraestructuras. El anterior convenio de financiación entre la JCCM y la UCLM, que abarcaba los ejercicios 2014 y 2015, venció en diciembre de 2015.
El bloqueo del gobierno empujó al rector a iniciar el contacto con los grupos políticos. La persistencia del ejecutivo llevó a la Universidad, a continuación, a tratar de informar a la sociedad de las carencias de financiación y de la situación respecto a otras universidades españolas. “Ya solo nos queda explicárselo a la ciudadanía directamente y a las personas que se vean afectadas”, explican desde la Universidad.
En el equipo de la Universidad todavía tienen la esperanza de que lo que no ha hecho el gobierno lo haga el Parlamento. Precisamente, socialistas críticos con el sector emilianista, consideran un error esta decisión, “ya que nos aboca a sufrir un fuerte desgaste social, posiblemente para nada, y una nueva derrota política, ya que se espera que PP y Podemos enmienden los presupuestos y fijen la subvención en 140 millones, tras el compromiso adquirido con el rector”, eso si antes Podemos no cierra un acuerdo presupuestario con el gobierno que obligue al ejecutivo de García-Page a dotar adecuadamente a la UCLM.
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