La entrada en vigor de estas restricciones se produjo en el último periodo de 2019, lo que no impidió que ese año Estados Unidos fuera el que más aumentó las compras de nuestros productos de entre los diez principales clientes internacionales de las empresas de nuestra Comunidad. A pesar de las restricciones aduaneras y la imposición de aranceles de la administración Trump, las exportaciones castellano-manchegas al país norteamericano registraron un incremento del 17,9%, (45,3millones de euros) y llegaron a los 298,8 millones de euros en 2019. Estados Unidos se mantuvo como el sexto destino de nuestro comercio internacional de bienes y nuestra balanza comercial se cierra a favor de Castilla-La Mancha con un superávit de 82,2 millones de euros.
En 2020, a pesar de los aranceles, de la covid y de la caída global de las exportaciones de Castilla-La Mancha (4,5%), el mercado norteamericano tuvo un buen comportamiento. Nuestras ventas a ese país aumentaron un 5,5% hasta los 319,73 millones de euros, lo que le ascendió al quinto destino principal, desplazando al Reino Unido al sexto. Por delante de Estados Unidos, nuestros principales mercados son Portugal, Francia, Alemania e Italia.
Según datos de la Federación Española del Vino, los aranceles adicionales del 25% sobre el sector en el país norteamericano provocaron en 2020 una caída del 9% en valor y del 4,5% en volumen, además de una disminución de cerca del 5% en el precio medio del vino que se exporta.
De hecho, durante el año pasado los ingresos por exportaciones de vino español se redujeron en casi 100 millones de euros. En total nuestro país comercializó en el exterior 2.012 millones de litros, por valor de 2.616 millones de euros. Estas cifras suponen, respecto a 2019, una caída del -6% en volumen y del -3,6% en valor. Precisamente la caída de valor y un exceso de producción de vino fueron una de las causas que marcaron el retroceso que las ventas castellano-manchegas y, en particular de la provincia de Ciudad Real, en el extranjero