Se mantiene el crecimiento de la demanda de alojamientos rurales

Hace tan sólo tres días, la directora general de Turismo del gobierno regional, Ana Isabel Fernández, se mostraba confiada en que las cifras de julio y agosto mejoren las del año pasado, al que calificó de espectacular. Dada la situación de 2020 marcado por la pandemia, el sector logró disparar el número de noches facturadas en un 12,2% sobre los meses de julio y agosto de 2019. Un aumento que se produjo a pesar de una reducción de 6.500 turistas (-9,7%).

El Covid ha dejado huellas en el sector. Si hace dos años la región vivía el auge de este tipo de establecimientos, que llegaban a los 1.701 establecimientos, con 14.630 plazas y 2.157 empleados, ahora sólo operan 1.539, el resto no ha abierto sus puertas, y la oferta de plazas ha bajado a 13.349. Este ajuste se ha dejado sentir en el empleo. Los alojamientos rurales ocuparon en mayo a 1.985 personas, casi un 8% menos que dos años atrás. La mayor parte de estos alojamientos, 1.479, son casas rurales que ofertan 12.283 plazas y emplean a 1.903 personas.

Durante mayo, la región logró colocar dos provincias entre las quince más demandadas: Albacete, con 3.389 viajeros y 8.046 pernoctaciones, ocupa el puesto 11 y Cuenca, con 1.876 turistas y 6.174 noches facturadas, el puesto 15.

Dentro de los destinos de interior, Castilla-la Mancha ha sido tras Extremadura la que menos ha visto caer el número de noches facturadas durante mayo en comparación con 2019. En nuestra región la reducción ha sido del 44,6% (-42,3% en el caso extremeño). La media de las regiones que forman el mercado interior se ha reducido en un 52,57%. Castilla y León que cuenta con la mayor infraestructura y que lidera este segmento del mercado ha perdido el 59,4% de pernoctaciones.