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La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
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La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (Foto: MITES)

La administración pública supera en temporalidad al sector privado y otras verdades incómodas

Por CLM21
jueves 04 de noviembre de 2021, 22:29h

Dice el Ministerio de Trabajo que quiere reducir la temporalidad en las empresas al 15%. El gobierno se había propuesto alcanzar esa tasa en 2040. Pero ahora, con la reforma -derogación o lo que sea- de la reforma laboral, quieren que sea de inmediato. Dicen que es un mal que aqueja al mercado de trabajo. Según la EPA, la tasa de temporalidad en el sector privado es del 25,06%. Sin entrar en ese debate, un dato: la temporalidad en las administraciones públicas es del 32%.

Una de impuestos

Esto de los gobiernos es la leche. El Tribunal Constitucional ha tumbado el impuesto de plusvalías porque vulnera derechos fundamentales de los ciudadanos. Hasta ahí todo normal. Todo el mundo puede errar. Lo que no es normal es que desde que se conoció la sentencia, los actores públicos implicados de lo único de lo que se han preocupado es de buscar fórmulas para recaudar el dinero que dejan de ingresar por la sentencia. Nadie ha pedido disculpas a los ciudadanos a los que dicen representar y de los que han abusado. Da la impresión de que la administración se representa a sí misma, que tiene vida propia y que se olvida que es la que gestiona los intereses de los ciudadanos.

Ya lo dice el exdirector de la Agencia Tributaria, Ignacio Ruiz Jarabo en su reciente artículo en Vozpopuli “Hechos probados: Terror de Estado”. En él se refiere al “obligado” y dice “término inadmisible con el que se define a los contribuyentes en la jerga del Fisco”. Y es que esa visión dista mucho de la visión del ciudadano como sujeto con derechos y obligaciones.

Otra de derechos fundamentales

Dice el Tribunal Constitucional que era inconstitucional el primer estado de alarma, también el segundo, también que se paralizase la actividad parlamentaria. Se han vulnerado derechos humanos de los españoles por el poder político y aquí, nuevamente nadie pide perdón. Y la cosa produce un choque brutal de realidad, porque nadie espera que sea gobierno que se define progresista y defensor de la libertad el que vulnere los derechos de las personas. Desde el gobierno se amparan en el concepto de defensa del bien común, del interés general. Eso suena cuando menos a paternalismo y justifica en cierto grado la vulneración de los principios democráticos, algo inaceptable. La justificación presenta a un papá gobierno que nos cuida aun cuando para ello restrinja derechos fundamentales. Difícil se lo ha puesto el Constitucional a las formaciones del gobierno para decir que son otros los que patean la democracia. Y aquí nadie pide disculpas.

Y una de crecimiento económico

Aquí el que no engaña es porque no puede. Se confía en que lo que se dice un día, se olvida al siguiente. De lo que se trata es de parar el golpe, de presentar conceptos e ideas que persuadan al ciudadano. Y esa batalla se juega día a día sin pensar más allá de las horas siguientes, a lo sumo de la semana próxima. Y ese partido a partido puede terminar por generar graves problemas futuros.

Dice el prestigioso Instituto de Estudios Económicos, que la economía puede crecer por debajo del 5%, muy lejos del 6,5% que sostiene el gobierno. Y dice más : “Es un error continuar haciendo recaer la mayor parte de la carga del ajuste fiscal sobre las empresas, que ya soportan una presión fiscal superior a sus homólogas europeas, y que ven socavada su competitividad, ralentizando aún más la recuperación”…

Y aún más: “En lugar de iniciar una estrategia para la consolidación de las finanzas públicas a medio plazo, los PGE-2022 apuestan por la expansión del gasto público estructural, sin incorporar, además, medidas de eficiencia y calidad de dicho gasto. Como consecuencia, se compromete aún más la credibilidad acerca de nuestra sostenibilidad fiscal, con el consiguiente aumento del riesgo de subidas impositivas a futuro, que suponen un deterioro de las expectativas, y condicionan negativamente la actividad y las decisiones de inversión”.

Claro que los que están ahora, juegan a que cuando eso pase ya no estarán ellos, serán otros a los que les toque lidiar con esa losa. Puede que de su partido, de otro o de varios juntos, incluido o no el suyo.

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