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Las nuevas medidas para la lucha contra la inflación, incapaces de contener la conflictividad de sectores clave y condenadas al fracaso
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(Foto: Pool Moncloa/Fernando Calvo)

Las nuevas medidas para la lucha contra la inflación, incapaces de contener la conflictividad de sectores clave y condenadas al fracaso

Por CLM21
lunes 27 de junio de 2022, 21:26h

La reacción del gobierno al batacazo electoral en Andalucía ha sido aprobar un decreto con nuevas medidas para combatir la inflación y prorrogar algunas ya existentes. Las nuevas medidas son muy limitadas en cuanto al número de beneficiarios, además de estar orientadas al consumo y no a luchar para conseguir la bajada de precios. Las que se amplían no resultaron rentables electoralmente al gobierno, al tiempo que tampoco contribuyeron a contener la inflación. El gobierno se mantiene en la línea de dar ayudas directas en lugar de aplicar unas medidas fiscales para combatir la inflación y la vulnerabilidad de los hogares, una política que no ha cosechado éxito en la lucha contra la inflación ni le ha dado réditos electorales y que no frena las protestas de transportistas, pescadores o agricultores.

Una de las nuevas medidas estrella es la del cheque de 200 euros que, según el presidente, beneficiará a 2,7 millones de personas. La cifra recuerda a la que se barajó en mayo de 2020 cuando se instauró el Ingreso Mínimo Vital. Entonces dijeron que esa nueva medida, que pretendía garantizar que una unidad familiar tuviera unos ingresos mínimos de casi 13.000 euros al año, bien por ingresos propios, bien porque se podrían complementar hasta esa cuantía por parte del Estado en unidades de cinco o más convivientes, alcanzaría a más de 2 millones de beneficiarios.

Según la actualización de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales hasta este mes de junio el número de beneficiarios del IMV es de 1.176.187 (111.000 más que los contemplados en los listados oficiales de marzo: 1,06 millones de personas de 428.000 hogares). Es decir, se ha alcanzado la mitad del objetivo marcado por el gobierno, con lo que o bien los cálculos eran erróneos, la administración es poco ágil o no se han llevado a cabo medidas de captación.

Para acceder al cheque de 200 euros, la denominada línea directa de ayuda a personas físicas de bajo nivel de ingresos y patrimonio, lo primero tienes que estar trabajando o estar inscrito en el paro y que la unidad familiar no ingrese más de 14.000 euros anuales y no tenga un patrimonio superior a 43.196,40 euros. Se excluye ya a los beneficiarios del IMV y a los pensionistas, aunque sus ingresos no lleguen a esos 14.000 euros.

Razón: porque ya perciben dinero de la administración. ¿Y en el caso de los beneficiarios de la prestación por desempleo o el subsidio? Estos también reciben dinero público. Además, los beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital no llegan en ningún caso a los 14.000 euros, porque las ayudas son hasta completar los casi 13.000. Y ese complemento puede ser inferior al subsidio de un desempleado. La cuestión que indirectamente plantea el gobierno con una medida (IMV) y la otra (cheque) es cuál es el nivel mínimo de ingresos que tiene que tener una familia en España, es decir, cuáles son las situaciones de vulnerabilidad que se pretenden combatir. Y el gobierno baraja dos listones en función de las ayudas a otorgar: 14.000 y 13.000 euros, estableciendo una discriminación.

Según los datos oficiales el universo sobre el que actúa el gobierno con el cheque de 200 euros es sobre aquellos activos con bajos ingresos. En España hay 23,25 millones de activos, de ellos 20,08 trabajando y 3,17 en paro (datos EPA). De las personas que trabajan 3,4 no llegan a mileuristas y de los que están en situaciones de paro, 1 millón cobra prestación y 865.000, subsidio. Una parte de este grupo recibe el IMV. La mayoría de los mileuristas son jóvenes y, entre ellos la mayor parte no emancipados, lo que reduce aún más el universo de posibles beneficiarios del cheque de 200 euros.

Los carburantes y la electricidad

Las dos medidas estrella del anterior paquete del gobierno, que se prorrogan hasta fin de año, no parecen que hayan cumplido el objetivo de combatir la inflación ni tampoco hayan dado rédito electoral a las formaciones del gobierno, a juzgar por los resultados de Andalucía. Esto supone un análisis político de la situación extremadamente erróneo. Tras el anuncio de la prórroga, los transportistas, los pescadores y los agricultores mantienen sus decisiones previas de huelgas y protestas.

La rebaja del IVA de la luz sigue afectando sólo a contratos con menos de 10 Kw, lo que deja fuera a muchas industrias y empresas. La anterior rebaja del IVA del 21% al 10% y la supresión del impuesto de la electricidad tampoco ha resultado efectiva para los intereses políticos del gobierno. La nueva rebaja, del 10% al 5%, en el IVA apenas supone 3 euros al mes en un recibo medio. Eso en el caso de los hogares. La limitación de potencia deja fuera a buena parte de las empresas, que repercuten los costes energéticos en sus productos, con la consiguiente subida de precios.

En el caso del combustible, la bonificación generó problemas a las gasolineras, y por otra parte ya ha quedado absorbida por la subida de precios. Los transportistas mantienen su amenaza de paralizar el país.

El gobierno ha optado en unos casos por ayudas directas (cheque o bonificación del combustible) y en otro (luz) por una rebaja fiscal. En contraste, el gobierno está ingresando vía impuestos más del doble tanto en el caso del combustible como de la luz que antes de la crisis. Por cada euro de combustible, el gobierno ingresa 0,55 euros.

Las medidas de marzo supusieron 6.000 millones en ayudas directas y 10.000 millones en avales. La prórroga de las medidas de marzo y las nuevas (como el cheque de 200 euros) suponen un coste adicional de 9.100 millones, de ellos 5.500 de gasto y 3.600 en minoración de ingresos.

No parece que las medidas adoptadas contribuyan a frenar el precio del melón, la sandía o las cerezas. Se lo dijo Rufián: “¿Sabe qué puede costar un melón hoy? 13 euros. ¿Una sandía? 12 euros. ¿Medio kilo de cerezas? 6 euros. ¿Cómo cree que la gente puede llegar a comprar fruta en el verano? La subida de los precios, realmente, les puede arrasar a ustedes y a nosotros, a cualquier gobierno y, sobre todo, a cualquier iniciativa de izquierdas. Señor presidente, basta de parches y basta de cheques”.

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