En concreto, durante el año pasado visitaron Castilla-La Mancha 2.162.592 personas, que generaron 3.808.125 pernoctaciones. Son 117.699 viajeros menos (-5,16%) y 25.509 pernoctaciones menos (-0,67%) que en 2019. Todo ello a pesar del crecimiento de un 0,07% del turista nacional, que a lo largo del año fueron 1.839.777 y de sus estancias en nuestra Comunidad, con 3.151.094 pernoctaciones, 40.086 más (1,29%) que tres años antes. Sin embargo, el turismo extranjero no termina de recuperar el pulso, con una reducción del 26,93% del número de visitantes y de un 9,08% de las pernoctaciones, lo que indica que la estancia media del turista extranjero se incrementó respecto a 2019.
SI esta situación se producía por parte de la demanda, desde el punto de vista de la oferta, durante el año abrieron de promedio 698 establecimientos hoteleros, 33 menos que en 2019 (-4,6%), alcanzándose el pico de la oferta en mayo, con 731 hoteles. Las plazas medias puestas en el mercado fueron 31.148 en 16.108 habitaciones, lo que supone una reducción de 521 plazas y 278 habitaciones frente a tres años antes. Esta reducción de la oferta se tradujo también en un descenso del empleo. En 2022 la media de trabajadores mensuales fue de 2.657, un 30% más que en 2021, pero todavía un 5,8% por debajo del periodo previo a la pandemia en el que se llegó a los 2.821.
La reducción de la oferta, el aumento de las estancias medias, con índices de ocupación por encima de los de 2019 (relación de pernoctaciones registradas en función del número de plazas ofertadas) y un incremento de los precios medios permitió al sector ganar rentabilidad respecto a 2021. En 2022, los ingresos medios mensuales por habitación ofertada fue de 20,47 euros, 4,40 más (27,4%) que en 2021).
Por provincias, Albacete se sale de la tendencia regional y la bajada de viajeros y estancias se produce por un retraimiento del turista nacional, mientras que crece más el número de visitantes extranjeros. En concreto, la provincia se anota 378.842 visitas en el año (-1,4% respecto a 2019) y 732.568 pernoctaciones (-1,7%). De estas visitas 38.502 son de turistas extranjeros, 1.938 más que en 2019, que generaron 13.640 pernoctaciones más que hace tres años hasta alcanzar las 86.823.
La pérdida de turistas internacionales la sufre principalmente Toledo, que es la principal atracción de viajeros de la Comunidad, con 796.860 en el año, con el 36,8% del total regional y el 35% de las pernoctaciones. Los visitantes procedentes de otros países fueron durante el año pasado 171.635 (el 53,1% de todos los que visitaron Castilla-La Mancha). Los registros están muy por debajo de los alcanzados en 2019. Em total en comparación, la provincia de Toledo ha perdido 94.543 viajeros de otros países (35,6%) en comparación con los datos previos a la pandemia. En contraste, el número de viajeros nacionales sube un 8,2% y las pernocatciones generadas por estos, un 9,7%.
En el caso de Cuenca, la pérdida se da tanto entre los viajeros de procedencia nacional como internacional. En total se registraron 303.886 visitantes, 15.126 menos (-4,74%) que en 2019. Sin embargo, el aumento de las estancias medias del turista nacional permite presentar datos de pernoctaciones por encima de los registrados en 2019: 557.962 noches de hotel, 8.886 más (1,62%) que en 2019.
Ciudad Real se posiciona como la segunda provincia en recepción de turistas: 421.681, aunque registra descensos del 2,38% respecto a 2019. Las pernoctaciones alcanzaron las 714.815, un 1,1% menos.
Guadalajara es la provincia que registra el mayor descenso de visitantes en relación con los niveles previos a la pandemia. En concreto durante el año pasado recibió a 261.323 viajeros, un 13,24% por debajo de 2019. Las pernoctaciones llegaron a las 473.766, un 3,89% inferiores a las de tres años atrás. La pérdida de pernoctaciones se produce en el segmento de viajeros nacionales (-9,64%), mientras que en el de turistas extranjeros aumentan un 32,36%, gracias a un aumento de la duración de sus estancias.
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