Si la pandemia supuso que durante 2020 el sector perdiera el 55% de los clientes y el 40% de las pernoctaciones, también supuso un cambio en el modelo, para el futuro, con mayor demanda de este tipo de alojamientos. Tras una fuerte recuperación en 2021, con un crecimiento del 65% en cliente y 48,5% en pernoctaciones, 2022 ha sido el año de la explosión del sector, que ha registrado un avance anual del 46% y del 33%, respectivamente. Si se compara con los datos de 2019, el turismo rural de nuestra Comunidad ha crecido un 6% en viajeros (18.919 más) y un 18,2% en pernoctaciones (127.149 más que en 2019).
El tirón más fuerte se da entre el turista nacional, que acapara el 97% del total de registro de alojamientos y el 95,1% de pernoctaciones, cuando en 2019 estaba en el 94,3% tanto en viajeros como en pernoctaciones. Los clientes de procedencia de nuestro país fueron 327.916, un 8,9% más que en 2019 (26.819) y las noches de hotel alcanzaron las 784.837, un 19,3% (126.930) por encima de las de 2019.
En el caso del turismo procedente del extranjero, el sector recuperó parte de lo perdido, aunque todavía está un 43,5% por debajo de los niveles de antes de la pandemia. No obstante los turistas que nos visitaron lo hicieron en estancias más alargadas lo que ha permitido que, aún con la rebaja del número de viajeros, se incrementaran las pernoctaciones en un 0,5%.
En diciembre abrieron en nuestra Comunidad 1.757 establecimientos de turismo rural, con 16.604 plazas estimadas y con 2.595 empleados.
Toledo, Albacete y Cuenca se sitúan entre las quince provincias con mayor número de pernoctaciones
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