En este sentido, algunos de los que más complicaciones presentan son de uso hospitalario, como Entecavir (que se usa para tratar la infección crónica por hepatitis B en adultos y niños mayores de 2 años de edad que tengan daño hepático) y Lamivudina (para tratar la infección por hepatitis B en pacientes cuyo hígado está dañado y no funciona de forma normal).
La hepatitis viral, que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), además del cuadro clínico derivado de la propia enfermedad, también genera o exacerba una serie de problemas en los pacientes, sobre todo, relacionados con el sobrepeso y la diabetes. En este sentido, existen problemas de suministro de medicamentos que se utilizan para estas enfermedades y que son dispensados desde las oficinas de farmacia, no desde los hospitales.
Es precisamente en este escenario en el que resulta tan necesaria la colaboración de las boticas a través de la Red Digital de Farmacias de LUDA. Gracias a una solución 100% tecnológica, los pacientes pueden acudir a su farmacia de referencia y en caso de que existan problemas de suministro en este tipo de tratamientos, los farmacéuticos pueden localizar estos medicamentos en falta a través de una búsqueda inmediata en la herramienta LUDA y aportar una solución al instante.
Por ejemplo, concretamente, la infección por el virus de la hepatitis C puede contribuir al desarrollo de diabetes mellitus. En este caso, el médico puede prescribir medicamentos como Ozempic o Saxenda, que también tienen problemas de abastecimiento.
Farmacias en red frente al desabastecimiento de medicamentos
En la actualidad, la mayoría de los tratamientos para la hepatitis son dispensados directamente desde las farmacias hospitalarias (por el momento, LUDA no está presente en hospitales). Sin embargo, ya desde hace varios años que surgió el debate, iniciado desde las propias asociaciones de afectados, reclamando que este tipo de medicamentos deberían poder ser adquiridos también en las oficinas de farmacias (farmacia comunitaria) para garantizar la comodidad y facilidad de acceso y, por tanto, la adherencia (el cumplimiento del tratamiento) por parte de los pacientes.
Aunque algunos medicamentos pueden tener sustitutos, si el médico ha prescrito una presentación concreta, los farmacéuticos no están autorizados a cambiar el medicamento del paciente por otro equivalente. Por ello, si la farmacia no puede dispensar el medicamento debido a que presenta problemas de suministro, el paciente debe regresar al médico, informarle sobre la situación y que este le cambie la receta. Sin duda, todo un proceso tedioso y que se dilata en el tiempo incidiendo directamente en pacientes con afecciones graves.
En este contexto, la herramienta LUDA ofrece al farmacéutico la posibilidad de localizar en segundos, mediante la tecnología, la farmacia más cercana que pueda dispensar el medicamento, lo que ayuda al paciente a obtener su medicación de manera inmediata, como ha hecho ya con 160.000 pacientes, evitando el hecho de que tengan que volver al centro de salud y aliviando así la carga del sistema sanitario.
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