En concreto, la cadena de supermercados abrió el pasado 1 de diciembre las puertas de una nueva tienda en Manacor, junto a la Rafa Nadal Academy, la segunda más grande de la cadena de supermercados en las Islas Baleares gracias a sus más de 1.300 metros cuadrados de sala de ventas y más de 140 plazas de aparcamiento.
Mientras que el pasado 7 de diciembre inauguró una tienda en Burgos capital, que sustituye las instalaciones con las que la compañía contaba previamente en la zona para ofrecer el doble de sala de ventas (más de 1.500 metros cuadrados ahora).
De esta forma, los clientes encontrarán en estos nuevos espacios el surtido habitual de la compañía, que abarca una amplia variedad de productos frescos (fruta y verdura, carne y pescado o pan y bollería recién horneados) y múltiples artículos de nevera, secos envasados, bebidas, cosmética, higiene personal y limpieza. Además de una oferta cada vez más extensa de referencias regionales, exclusivos productos de bazar y sorprendentes semanas temáticas periódicas de alimentación internacional.
Lidl ha señalado que estas aperturas le permiten seguir desplegando su plan de expansión sostenible, en el que durante su ejercicio fiscal 2023 prevé invertir unos 230 millones de euros para poner en marcha una veintena de establecimientos y ampliar su actual infraestructura logística a escala nacional.
La enseña, recientemente, ha inaugurado un almacén en Escúzar (Granada) tras destinar 88 millones de euros y crear 250 nuevos empleos, y en los próximos años pasará a contar con otros cuatro en Martorell (Barcelona), Parla (Madrid), Constantí (Tarragona) y Villadangos del Páramo (León).
Gracias a su actividad, el impacto de Lidl en España actualmente se traduce en cerca de 8.200 millones de euros anuales aportados al PIB (un 0,68% del total) y más de 172.000 empleos directos, indirectos e inducidos generados (un 0,84% del total), según datos de PwC.
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