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La OCDE mejora una décima sus previsiones de crecimiento para España en 2024
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La OCDE mejora una décima sus previsiones de crecimiento para España en 2024

lunes 05 de febrero de 2024, 11:00h
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado una décima al alza su previsión de crecimiento para España en 2024, que estima ahora en el 1,5%, después de la expansión del 2,5% en 2023, mientras que mantiene la expectativa de un rebote de la actividad hasta el 2% para 2025.
La actualización de las previsiones de la OCDE mantiene a España como la gran economía de la zona euro que mejor comportamiento registraría este año y el siguiente, siendo la única que ha visto revisada al alza su previsión de crecimiento para 2024.

Para el conjunto de la eurozona, el 'think tank' de las economías más desarrolladas anticipa ahora un crecimiento del 0,6% en 2024 y del 1,3% en 2025, lo que implica un empeoramiento de tres y dos décimas, respectivamente.

La peor marcha esperada de la zona euro refleja la revisión a la baja de las previsiones para Alemania, hasta el 0,3% este año y el 1,1% el siguiente, cuando anteriormente esperaba una expansión del 0,6% en 2024 y del 1,2% en 2025.

De su lado, Francia también ha visto recortada su estimación de crecimiento al 0,6% en 2024, dos décimas menos, mientras que se mantiene la de 2025 en el 1,2%. En el caso de Italia, la OCDE ha confirmado sus previsiones para los dos años, en el 0,7% en 2024 y el 1,2% en 2025.

En cuanto a la mayor resiliencia esperada para la economía española, la economista jefe de la OCDE, Clare Lombardelli, ha destacado que, en España, durante la reciente crisis de los precios se produjo un aumento menor de la inflación y, por lo tanto, "los ingresos reales se vieron menos afectados que en otras economías europeas".

DESAFÍO DE INCLUSIÓN LABORAL DE LOS JÓVENES PARA ESPAÑA

No obstante, de cara al futuro, Lombardelli ha advertido de que "España enfrenta desafíos bastante similares a los de otras economías europeas", tanto por los cambios demográficos como en relación con los riesgos que enfrenta la economía respecto de la política monetaria, a medida que esta se endurece y afecta a la demanda.

"Y, por supuesto, España también enfrenta desafíos en torno a la inclusión de su mercado laboral, en particular con respecto a los jóvenes", ha apostillado la economista británica.

PREVISIONES DE INFLACIÓN

En cuanto a la inflación, la OCDE ha rebajado en cuatro décimas la subida esperada de los precios en España en 2024, hasta el 3,3%, aunque ha elevado hasta el 2,5% desde el 2,3% la proyección de 2025.

Además, la tasa de inflación subyacente de España debería relajarse en 2024 al 2,7% desde el 4,1% de 2023, cuatro décimas menos de lo esperado previamente, mientras que en 2025 se situaría en el 2,1%, una décima por debajo de la proyección anterior.

En el caso de la zona euro, la tasa de inflación general se situaría este año en el 2,6%, frente al 2,9% anticipado previamente, y se relajaría en 2025 al 2,2%, una décima menos de la previsión anterior.

La tasa subyacente de la eurozona bajaría en 2024 al 2,6%, medio punto porcentual menos, y en 2025 al 2,2%, una décima menos de la previsión precedente.

PREVISIONES MUNDIALES.

A nivel mundial, las nuevas proyecciones de la OCDE contemplan un crecimiento ligeramente mayor de la economía global, con una expansión del 2,9% en 2024, dos décimas por encima de su anterior pronóstico, mientras que mantiene sin cambios la proyección del 3% para el próximo año.

El principal factor tras la revisión al alza de las previsiones de la institución es la sustancial mejoría de su estimación de crecimiento para Estados Unidos, que en 2024, año electoral, crecerá un 2,1%, lo que supone una mejora de seis décimas respecto de la previsión anterior y más del triple que el 0,6% estimado para la eurozona.

"El crecimiento mundial demostró resistencia en 2023, y la inflación disminuyó más rápidamente de lo previsto", destaca la OCDE, subrayando que en esta evolución se observaron profundas divergencias entre los países, "con un fuerte crecimiento en Estados Unidos y muchas economías de mercados emergentes compensado por una desaceleración en la mayoría de los países europeos".

De cara al próximo año, las nuevas proyecciones de la OCDE contemplan una expansión del 1,7% para Estados Unidos, en línea con lo previsto, mientras que para la zona euro rebajan dos décimas el crecimiento esperado, hasta el 1,3%.

En cualquier caso, la organización advierte de que los indicadores recientes apuntan a cierta moderación del crecimiento, mientras que los efectos del endurecimiento de las condiciones financieras siguen afectando los mercados crediticios y de vivienda, y el comercio mundial sigue siendo moderado.

En cuanto a los precios, la OCDE ahora espera que la tasa de inflación de Estados Unidos bajará este año a 2,2%, frente al 2,8% previsto anteriormente, y se situará ya en el 2% en 2025, dos décimas mejor de lo esperado previamente.

En el caso de la zona euro, la subida de los precios se moderará este año al 2,6%, frente al 2,9% proyectado anteriormente, y en 2025 será del 2,2%, una décima menos de lo estimado previamente.

A pesar de la continuada desinflación prevista, defiende que "es demasiado pronto para estar seguros de que las presiones subyacentes sobre los precios están totalmente contenidas", ya que el crecimiento de los costes laborales unitarios en general se mantiene por encima de tasas compatibles con los objetivos de inflación a medio plazo.

Asimismo, considera que las tensiones geopolíticas representan un riesgo significativo a corto plazo para la actividad y la inflación, particularmente si el conflicto en Oriente Próximo perturbara los mercados energéticos.

En este sentido, la OCDE recuerda que "los ataques a barcos en el mar Rojo han elevado drásticamente los costes de envío y han alargado los plazos de entrega, alterando los cronogramas de producción y aumentando las presiones sobre los precios".

Además, para la institución con sede en París las persistentes presiones sobre los precios de los servicios también podrían generar sorpresas al alza en la inflación y desencadenar una revisión de los precios en los mercados financieros a medida que se reevalúen las expectativas de flexibilización de la política monetaria.

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