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De balances de unos y otros, y de la búsqueda de puestos en las listas para 2019
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De balances de unos y otros, y de la búsqueda de puestos en las listas para 2019

jueves 21 de diciembre de 2017, 21:39h

Andan haciendo balances de año. Ha sido la semana de ello. Viven en el mundo de la política donde la culpa siempre es del otro y los aciertos son propios. El problema es que, a veces, la realidad es muy tozuda y la situación deja poco margen para el juego maniqueo de buenos y malos. Y la realidad es que la crisis económica recortó los ingresos públicos -los de aquí y los de cualquier institución con independencia del color político que la gobernara- Y que aquí la situación se vio agravada porque no se echó el freno al gasto y como no había dinero se dejaron 4.000 millones de euros sin pagar.

Sin dinero y con deuda, con un nuevo gobierno llegaron los recortes para sanear la situación y salir del agujero. Y en estas se estaba, con las cuentas saneadas y gente agobiada, cuando va y se cambia de gobierno regional. Y el gobierno promete la felicidad. Pero aunque hay 1.000 millones más no son suficientes para cumplir todo lo que se promete. A día de hoy, con este gobierno los gastos de la deuda superan a los de los servicios sociales básicos, la financiación de la Universidad y el programa de vivienda. El gobierno pasea los proyectos una y otra vez pero no los termina de hacer realidad, unas veces por falta de fondos y exceso de promesas y otras por pura y simple incapacidad y graves errores en la gestión.

Lo prometido -y este es el balance real-, no llega: la listas quirúrgicas se disparan, los expedientes de la dependencia se acumulan, los incrementos en educación tienen que ir obligatoriamente para el personal y queda poco margen para aulas y actividades, el Plan de Garantías Ciudadanas deja muchas partidas sin ejecutar, sin que el dinero llegue a los más necesitados, los fondos europeos -antaño motor de desarrollo de esta región- no se gestionan porque el dinero se va como el agua por los agujeros del cubo. El gobierno recorta fondos e incumple promesas para no incumplir sus obligaciones fiscales. Las pocas alegrías, cuando las hay, las suele dar el sector privado, y es difícil medir qué parte tiene el gobierno regional, cuál la de nacional y cuál la de los emprendedores. Pero el gobierno regional se apropia de toda e incluso si hay malos datos, los camufla, máxime si en otros territorios son buenos y no duda para ello en acudir a comparaciones peregrinas.

El problema que tiene el gobierno regional es que sigue generando expectativas que sabe que no va a cumplir, porque no hay suficiente dinero. A estas alturas de curso, en el tercer año de legislatura y en puertas de iniciar el último año completo del gobierno de García-Page, las expectativas se empiezan a transformar en frustraciones. Unas veces por la falta de fondos y otras por la incapacidad de gestionar los que se tienen.

Desde la oposición -ese es su balance- les acusan de vender humo. Y ahora, el gobierno busca una salida para culpar de los fracasos de esta legislatura a otros. Y ha trasladado al PSOE la misión de enmendar lo que el propio gobierno ha empantanado. Y para ello se va a poner en marcha una campaña para “reivindicar una financiación justa para Castilla-La Mancha”.

Vamos, que la culpa es de otro, del que “no me da más dinero”. Pero la culpa de las frustraciones, la responsabilidad de esta legislatura es del que gobierna, del que tiene que administrar los recursos -muchos o pocos-. Y los que gobiernan dicen que la culpa de los recortes en legislatura anterior era de los que gobernaban entonces y los de ahora son por la herencia o por culpa del gobierno central. Si los que gobiernan aquí y ahora no son responsables de nada, ¿para qué están en el cargo? ¿Para qué cobran del cargo?

La oposición es consciente de los graves errores que comete el gobierno, pero que en ocasiones los adorna en exceso. Los hechos, la situación es lo suficientemente grave y preocupante y no debiera importar ahorrar adjetivos. Porque lo que se demanda además de señalar al responsable es una salida ilusionante a la gran frustración actual.

A los que gobiernan les molesta leer, oír y ver la más mínima crítica o la disensión por liviana que sea y escriben su propio relato del proceso de Castilla-La Mancha. Creen que todo se apaga con promesas, publicidad, con elevar el tono y reprimir al que no está en la línea, ya sea una asociación de dependientes, un sindicato, un medio de comunicación o la Universidad... Error sobre error.

El acierto de los primeros gobernantes de esta región, que no lo era ni lo sentía, fue construir una ilusión colectiva y tratar de llevarla a cabo. El acierto de los que vinieron después, asegurar que esta región se volviera a levantar mientras se garantizaban los servicios básicos a los ciudadanos. Los primeros cayeron por no darse cuenta de la realidad. Los que les sucedieron, porque había una gran frustración colectiva en todo el país y aun así la gente les reconoció su labor y llegaron a ganar en las urnas.

Los de ahora han tratado de generar una ilusión colectiva sobre una falsa realidad y sobre su propia incapacidad. Pero cuando uno se erige en mesías y encima promete milagros y la salvación, ya puede ir haciéndolo, porque el pueblo llano se lo va a demandar. Y aquí no hay ni mesías -una figura que requiere liderazgo y pocos complejos- ni milagros. De lo prometido para gobernar, nada de nada.

Y trasladado ese juego a la vida interna del PSOE, algunas agrupaciones de la región se han cansado también del juego de buenos y malos en clave interna, de las presiones, de las advertencias, de las promesas huecas y del primero yo y luego el partido. Y así les llega la contestación mayoritaria en algunas provincias. Han tenido la habilidad de conseguir fracturar su propio partido y aplican la política de fracturar la sociedad de Castilla-La Mancha entre los buenos de ahora y los malos de antes. Lo del comportamiento sectario en la sociedad no se perdona y, en la vida interna del PSOE, menos aún. Desde el gobierno se puede purgar al disidente. Pero desde el partido y, por mucho que se mande, no se puede purgar al 50% de la militancia.

Su irresponsabilidad -porque ellos no son responsables de nada- no les quita el sueño. Ahora de lo que se preocupan es de que no se note, de que la culpa la tiene el otro y de buscarse un hueco en las listas para 2019. Y oye ya empiezan a bailar nombres. Se dice, se comenta, que la consejera de Economía, Empresas y Empleo anda buscando un hueco por Ciudad Real, que le gustaría alcaldesa, pero que si por eso de los estatutos no puede ser, se conforma con diputada regional. Que si en Toledo anda pidiendo cuota esa ciudadana garante de la ortodoxia que creó una asociación domiciliada en su casa y que recibía subvenciones de la Junta, que a la consejera de Fomento la quieren mandar a Talavera, a competir por la alcaldía… Queda mucho tiempo pero ellos ya están en eso más que en lo de trabajar en la realidad. Claro que donde han perdido en la lucha interna van a tener muy difícil imponer sus nombres a los de los ganadores..

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