Ernesto Bautista ha sido seleccionado de entre más de 1.200 candidatos, en los considerados como los premios “Goya” de la educación. Su centro educativo, con sedes en El Puente del Arzobispo, Valdeverdeja y Torrico, se ha convertido en referente nacional de la innovación educativa en el medio rural.
Una trayectoria creativa al servicio del alumnado
La propuesta educativa de Ernesto se caracteriza por el uso de metodologías activas y una conexión constante con el entorno natural y cultural del alumnado. A lo largo de los últimos años ha desarrollado numerosos proyectos que han llamado la atención de la comunidad educativa nacional:
- PokEFmon: proyecto gamificado que une actividad física, naturaleza y aprendizaje mediante retos cooperativos inspirados en el universo Pokémon. Fue galardonado como mejor proyecto en escuela rural en los X Premios SIMO Educación, destacando por su capacidad para combatir el sedentarismo y fomentar el trabajo en equipo.
- La casa EFdragón: seleccionada entre las 35 mejores experiencias educativas de SIMO Educación. En este proyecto, basado en el universo de Juego de Tronos, el alumnado supera retos físicos, académicos y de lectura en equipos, con el objetivo de sumar “tiempo de vida” a su casa. Promueve el esfuerzo, la narrativa, la gamificación y la cooperación como ejes del aprendizaje.
- Conociendo nuestras raíces: merecedor de una mención de honor en los Premios Espiral, este proyecto apuesta por el trabajo en torno a la identidad local, la tradición y la memoria colectiva. El alumnado fue protagonista de una experiencia que les conectó con su historia familiar y su entorno rural, desarrollando recursos educativos, entrevistas y actividades de recuperación cultural.
- A destajo por el Tajo: iniciativa conjunta con la docente Victoria Carrasquilla Fernández, en el que participó todo el claustro de maestros y maestras que combina educación física, educación ambiental y trabajo de campo. El alumnado descubre el valor del río Tajo como eje vertebrador de identidad, salud, sostenibilidad y conocimiento. Ganadores del premio regional de Desarrollo Sostenible en la categoría de gestión sostenible del agua.
Además, durante el confinamiento, Ernesto fue seleccionado para participar en el programa “Nos Movemos” de RTVE, aportando propuestas de actividad física para hacer en casa, promoviendo la actividad física en momentos clave.
Al conocer su nominación, ha querido poner el foco en las personas que hacen posible su labor diaria:
“Esta nominación nace del cariño de las familias y del alumnado. Son ellos y ellas quienes nominan al docente, quienes confían y quienes me impulsan cada día. Gracias por creer en esta forma de educar.”
“También es un reconocimiento a mis compañeros y compañeras del CRA Villas del Tajo y al equipo directivo, que me permite imaginar sin límites y a los ayuntamientos de El Puente del Arzobispo, Valdeverdeja y Torrico, por su apoyo constante y su compromiso con la educación rural. Sin ellos, nada de esto sería posible.”
Innovar en la España vaciada: una oportunidad real
En un contexto en el que la escuela rural muchas veces pasa desapercibida, la nominación de Santurino pone el foco en el enorme potencial de estos entornos para innovar, conectar con el entorno natural y cultural y así generar vínculos educativos más humanos y cercanos. Su labor diaria se caracteriza por un enfoque pedagógico que integra el juego, el movimiento, la cooperación y la inclusión como pilares fundamentales.
“La escuela rural no es un lugar de paso, es un lugar con identidad, con fuerza. Desde los pueblos también se puede transformar la educación, generar proyectos potentes y demostrar que la España vaciada no está vacía de talento, ni de futuro”, afirma Ernesto.
“La escuela rural puede ser la respuesta a muchas preguntas que hoy nos hacemos como sociedad: cómo educar en valores, cómo cuidar el entorno, cómo no dejar a nadie atrás.”
La candidatura a los Premios Educa Abanca 2025 lo sitúa entre los docentes más valorados del país, y refuerza la importancia de seguir apostando por una educación transformadora, adaptada a las necesidades del siglo XXI, sin importar el tamaño del centro ni su ubicación.
En palabras del propio maestro:
“No se trata de tener más recursos, que también es importante, sino de tener más ilusión, confianza y libertad para crear. La escuela rural tiene todo eso, y mucho más”.