Casi en vísperas de Todos los Santos, los Ribereños denuncian que el Gobierno mantiene viva "la auténtica pesadilla del Tajo, ignorando la ley y las sentencias mientras el río y los embalses siguen pagando las consecuencias de un sistema agotado".
"Nuevo año hidrológico, pero viejas y caducadas reglas", lamenta el presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía, Borja Castro, que recuerda que "cada resolución del Tribunal Supremo ofrece más avales para cambiarlas".
"Por eso no entendemos este retraso, y este martes hemos vuelto a urgir esos cambios para cumplir con unos planes de cuenca que ellos mismos aprobaron".
Desde la Asociación temen que el Ministerio para la Transición Ecológica pueda dilatar cualquier reforma hasta 2027, coincidiendo con el nuevo ciclo de planificación hidrológica; lo que, según aseguran, supondría "una prórroga encubierta de un modelo injusto, ineficiente y contrario a derecho".
Desde la cabecera del Tajo alertan además de que, mientras tanto, en la cuenca del Segura "se está viviendo una burbuja hídrica ficticia: los regadíos han consumido más agua en septiembre que en agosto y los abastecimientos también superan umbrales, utilizando menos las desaladoras". "En vez de aprovechar con mesura el ciclo húmedo, vuelve a dilapidarse como si el agua no fuera a acabarse nunca". También se ha anunciado --según los Ribereños-- que el trasvase permanecerá cerrado desde mediados de diciembre hasta febrero o marzo.